
Imaginate esta idea ridícula que se me ocurrió: en el marco de tiempo de un mes sale tu libro en una editorial chiquita de Paraná, Entre Ríos y, al mismo tiempo, en otra editorial industrial de Córdoba. Una semana después te contactan de Neuquén porque leyeron fragmentos de tu obra y quieren saber si tendrías disponible para ellos, en su circuito de difusión, la misma obra, para ser editada en un formato de encuadernación más rústico o quizás más elegante, y te dicen, es que nos el tono del lenguaje que utilizás porque lo leímos en un archivo PDF que hiciste circular y te dicen que, de una forma insólita, esa editorial considera que tu libro es pariente de sangre de las alternativas de posibilidad de su trabajo.
Imaginate que pequeñas editoriales se ponen de acuerdo y, en el mismo mes, tres o cuatro meses después de la salida del primer libro (ese mismo libro), 15 editoriales de todo el país se ponen de acuerdo para ofrecer ese texto en diferentes formatos de encuadernación, de tiradas, de estéticas, de tapa, de posibles lectores totalmente desconocidos entre sí y diferentes precios de compra.
¿Te podés imaginar la fuerza y el alcance que podría tener tu obra si esto sucede de la mano de una multinacional y varias pequeñas y medianas editoriales artesanales o semi artesanales al mismo tiempo? ¿Te podrías imaginar la alegría de los cientos de personas que pueden acceder a tu obra en formatos y precios diferentes en latitudes totalmente ajenas a tu zona de residencia?
Suena bastante promiscuo, podemos decir. Tambén podemos decir que es imposible porque los contratos que firmás te obligan a pertenecer fielmente a una sola casa editorial quién sabe por cuántos años. Pero si estamos imaginando, podemos agregar que te sentás a firmar el contrato para tachar las cláusulas que impiden que esto suceda. Les decís que no es necesario que se esfuercen en vender en todo el país porque, con total humildad, explicás que no todas las editoriales pueden imprimir cantidades enormes de ejemplares para vender en miles de sitios al mismo tiempo. Decís, vamos, que ya sabés que no van a repartir tu ibro por todo el país siimplemente porque la editorial imprimió 500 ejemplares, 1000, 2000 y, acto seguido, enumerás la cantidad de librerías que existen solo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ese número es más o menos el mismo que la primera tirada y, vamos, no van a entregar un ejemplar por cada librería en el suelo argentino porque es ridículo. Tanto o más ridículo como que te pidan que toda la obra que escribas, a partir de firmar un contrato con esa editorial, tenga que ser leída por ellos antes de que se la pases a otro editor para que te la publique.
Podemos imaginar también la incomodidad de tus editoras o editores, tan acostumbrados a la fidelidad, a la exclusividad. ¿Cómo vas a pensar que podés ser leído, editado y publicado por varias editoriales si solo pertenecés a una sola, a la primera que te leyó, la primera que te ofreció sus recursos que, por ser la primera, inmediatamente firmás el contrato pasa a ser la única?
¿Cómo vas a pensar que tu obra puede funcionar colectivamente para activar una mirada tan particular en tantas personas tan diferentes entre sí que confían en editoriales tan diferentes entre sí?
Ahora imaginate que sos un autor de renombre, siempre te invitan a cócteles y lecturas, y se te ocurre que podés entregar tus textos a las grandes y las pequeñas editoriales al mismo tiempo, salís en la tele, entonces la difusión de tu imagen no solo le sirve a la gran editorial en la gran ciudad sino que también a la pequeña en la otras ciudades donde te editan los proyectos de más baja escala. ¿No es ridículo? ¿No es ridículo pensar en un modelo de negocios que favorezca a los y las autoras en lugar de a las empresas?
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ASTILLERO / MARCOS ARENA
Poemas 48 pp
19 x 13 cm
Agnes Casa Editorial / 2024
@agnescasaeditorial
Ilustraciones:
@ccamicumi
Serigrafía de tapas
@franciscozarza
ASTILLERO es un poemario inspirado en la empresa naval Astillero Río Santiago de la ciudad de Ensenada. ¿Por qué editar un libro de poemas sobre una empresa? Quizás sea difícil de entender si no se trabaja allí o no se conoce su historia. Hay en los que trabajan allí un sentido de pertenencia y de amor a el Astillero. Allí hay generaciones completas de familias. El abuelo primero, después el padre/madre ahora los hijos. Por lo que se genera un compromiso con la familia. Compromiso de trabajo y de lucha. Al mismo tiempo que aprendes un oficio aprehendes los hitos históricos de la lucha: la permanencia, los albatros, desaparecidos, represiones, detenciones, etc, etc.
Marcos Arena es un poeta y narrador apasionado por las historias que emergen de los rincones de su tierra. Nacido y criado en la región de Ensenada, su vida ha estado entrelazada con el vibrante pulso del Astillero Río Santiago, un lugar que no solo ha forjado barcos, sino también sueños, esperanzas y luchas. A través de su poesía captura la esencia de este emblemático astillero, explorando la vida de los trabajadores, el sonido del metal y el agua, y la historia que se teje en cada rincón.
Es profesor de Lengua y Literatura. Ha participado en distintos colectivos y grupos de teatro. Su labor literaria incluye publicaciones en blogs y revistas independientes como Revista Tropos (2007-2010), Caleidoscopio (2009-2010) y Revista O (2011). Ha publicado los poemarios Sexy (Gali Arte Editora 2020), Oro (Editorial Malisia 2020), La casa de las mil plumas (Prueba de Galeras 2021) y Fosforitos (Ágnes Casa Editorial 2022).