Hacerse feminista es convertirse en una re-escritora de tu propia vida. Es también re describir el mundo en el que vivimos. Es hacer de lo normal lo extraño, de lo común algo a desarmar.

El feminismo tampoco es algo que puede ya solo suscribirse al género; el feminismo es hablar también de violencia de clase, de colonia e imperio, de poder, de discursos. El feminismo te invita a replantear los modos en que producimos y reproducimos nuestra existencia toda. El feminismo es un lugar político para preguntar y repreguntar. Un lugar desde donde habilitarse para hablar, pensar, opinar, hacer. Un territorio posible en donde los cuerpos históricamente sometidos y oprimidos se apropian de sus potencias.

Urgencia y estado asunto no separado

Estamos en estado de emergencia. Una feminidad es asesinada cada 29 horas. Un genocidio incivilizado. Una masacre que duele en el cuerpo de cada quien.

Hasta que no haya justicia, este día, como todos los otros, serán un día de lucha. Un día en donde entendemos que si no estamos agrupadxs colectivamente y sin un estado que garantice nuestros derechos, las violencias seguirán siendo moneda corriente. Seguirán siendo "lo normal". Seguirá siendo eso "común" que resiste a ser desarmado.

Entender que esto tiene carácter de urgencia es volver a traer a la luz un debate que a veces pareciera saldado (cosa que llama mucho la atención) y es el de dar cuenta que las feminidades todavía ocupamos un lugar de ciudadanía de segunda. Y esta es la lucha que todavía, y por mucho tiempo más hay que dar.

Un día feminista

Hacerse feminista molesta. Molesta por que te convierte en una pregunta que estorba la calma del alrededor. Molesta al entorno. Molesta a los amores. Molesta porque es un grito desesperado y aturdidor. Un grito de que la vida, la vida esa que pretendemos seguir viviendo, esa vida no se tolera más.

Hoy es un día feminista. Y cuándo un sujeto se nombra como feminista nunca más esta solx. Cuándo un sujeto se nombra como feminista, las alegrías, las broncas, las angustias, las pérdidas o los agrupamientos nunca más se viven como algo individual. Si vuelve una vida política y colectiva.

¡Feliz jornada de lucha! ¡Por una reforma judicial feminista!

Imagen: Lucía D´Alessio. @lusiarte.psd