Belén Coluccio y Lucas Martinelli abrieron LAR- local de Artes Recientes en noviembre de 2020, empezaron con una muestra de dibujo y hasta el día de hoy no pararon. En esta entrevista para Llegás nos cuentan cómo hicieron del azar un proyecto que se transformó en un lugar de apertura y referencia para la escena del arte actual.

-¿Cómo comenzó Local de Artes Recientes?

- A dos cuadras de donde vive Belén había un local en alquiler: una esquina donde daba el sol a la tarde con unas rejas diagonales llamativas, una planta rara con paredes que parecían ideales para colgar obras. De un modo sorpresivo aunque no del todo inesperado, porque ambos queríamos hacer algo juntos hace muchos años, surgió la idea de poner un espacio de producción y reflexión sobre arte. Nos conocimos en las movidas culturales y asamblearias de la zona oeste en la década de los 2010, nos veníamos cruzando en la carrera de Artes de la UBA y sabíamos que teníamos criterios y pensamientos en común. Ambos venimos de las prácticas del teatro, la danza, de poner el cuerpo e interesarnos por la literatura y las artes visuales. Pensamos un espacio donde pudiera coexistir todo eso, y donde pudiéramos proponer nuevas vinculaciones entre ámbitos o personas.

- ¿En líneas generales, cómo definirían su proyecto?

- LAR es un proyecto que se va definiendo con el uso. En principio, nos identificamos como un espacio de exhibición y residencias de artes visuales y performáticas. Los procesos de obra están en primer plano. Nos interesa que LAR sea un lugar donde podamos hacer un registro de qué necesitamos para hacer una obra, qué métodos o qué ritmos nos inventamos, qué cosas conversamos mientras hacemos. El crecimiento del espacio se da a partir de que los seleccionados en las convocatorias reciben una llave del lugar, instalan su taller, sala de ensayo o montan su exhibición y proponen, desde lo arquitectónico y social, un nuevo uso del espacio. En ese sentido, es muy interesante lo que pasa cuando se interrelacionan las prácticas de alguien que viene de la danza con quien viene de la pintura.

Nosotros, por un lado, aportamos con la escucha y la conversación alrededor de las obras en proceso. Entendimos que el intercambio es fundamental en los procesos del hacer. Alguien con quien manifestar dudas, que te diga “está bueno eso, me hace pensar en esto otro”. Es en medio de esas charlas donde vamos definiendo el propósito de LAR.

También nos interesa pensarnos en relación con otros espacios institucionales como museos y galerías o espacios autogestivos porque  podemos imaginar y materializar producciones que no se corresponden con la muestra de visuales o  la función de teatro. Es ahí donde aparecen caminos inesperados.

-¿Cuáles serían esos caminos inesperados?

- Comenzaron a haber talleres gratuitos por propuestas que nos fueron acercando. Hay un grupo de Estudios de Metafísica y Esoterismo que propuso Daniel Leber.  Un taller de poesía que facilita Francisco Garamona. Un club de Lecturas Sin Dinero sobre “Teorías de la liberación sexual” que pensaron Lucas y Nicolás Cuello. Hay una residente investigadora, Lupe Baliño, que está analizando el proceso de LAR y su inserción en el barrio.

- ¿Qué propuestas tiene para el mes de septiembre

- Durante los sábados de septiembre, podrá verse MÚSICA, una exhibición de pinturas de Federico Juan Rubí acompañada por un texto de Ezequiel Alemian. Y las 24 horas se puede ver desde la vidriera el proyecto DISOLVER LA REJA de Florencia Valente con texto de Leila Tshopp

- ¿Cuál es el mayor desafío para LAR hoy?

- Pensamos que el proyecto en esta modalidad de trabajo va a terminar en 2023, completando un ciclo de 3 años. El mayor desafío ahora es pensar qué será de esa etapa final. Solo tenemos planificado lo que ocurrirá hasta diciembre. El año que viene quizás se transforme en otra cosa.

Por Luz Marchio

Durante todo septiembre

LAR- Maturín 2399

MÚSICA - Sábados de 18 a 21 o con cita previa por medio de IG

DISOLVER LA REJA Intervención las 24 hs.