Armando A. Bruno junto con Feli Quispe, fue el creador de Carrera de Reyes, espacio de competencias drag king que funcionó entre 2018 y 2022. Fue un hito al interior de las prácticas transformistas por ofrecerles un lugar de exploración artística. A su vez, Armando A. Bruno es licenciado y profesor en Artes Visuales, creador de espacios artísticos, dicta talleres y participa de otras actividades de difusión de sus prácticas. Estuvo presente en Dragapaliza, es parte de la escena ballroom de Buenos Aires y fundador de la “House of Knights”. Su creatividad y movimiento permanentes llevan a la creación de situaciones y espacios valiosos para las artes en general y para la escena drag en particular.
¿En qué momento se encuentra la escena la drag king?
-Siento que la escena está en un momento en que pareciera ser que el boom drag king fue algo que rápidamente se apagó. Hubo un momento de mucho aparecer en drag king (en situaciones muy específicas igual), pero ahora quedó segregado y separado. Hay algunas excepciones de uno o dos drag kings que están naciendo. Sin embargo, en líneas generales, creo que no hay mucho espacio que fomente realmente el nacer drag king. Hay algo que ocurre que es que no se suelen contratar drag kings. No hay una idea de que, por ejemplo, si hay una fiesta, se contrata a un drag king para que sea anfitrión. Tampoco se les llama para entretener en un bar ni para ser presentadores en eventos. Son realmente muy pocas las excepciones, las cuales son generadas por los mismos drag kings desde la autogestión.
Siento que hay algo igual adentro mío y de otros que, aunque notamos que cuesta, deseamos hacer algo para que eso cambie. A veces uno se siente un poco solo, como si uno no pudiera realmente hacerle entender a quien tiene una fiesta que poner un drag king podría ser tan positivo como poner una drag queen. También hay algo político que ocurre con la cuestión de quién y para qué consume drag.
La pandemia fue muy destructiva, se llevó puesto el proceso de muchos artistas que estaban creciendo y generó frustraciones. Inevitablemente para hacer drag uno necesita recursos y esos recursos muchas veces se dan con otres y no en el estar aislado.
¿Cómo estás pensando tu práctica artística este año?
-Un objetivo es volver a conectar con mi yo artista y dejar de escapar de lo inevitable que es que mi yo drag se vea en mi obra como artista visual. Es algo que estoy pudiendo llevar adelante gracias a Sala Peluche y Pilar Alfaro. Sala Peluche es un proyecto de Ad Minolity, quien me convocó para hacer mi primera muestra individual en julio, y Pilar la va a estar curando. Esto se está acercando a lo que quería, pero es algo de lo que suelo huir. Cuando apareció la oportunidad de Sala Peluche, me obligó a hacerme preguntas. Al responderlas, se abren otras nuevas que traen posibilidades creativas. Esto se va a ver en la muestra de julio que se llama C.C.H.H.A.V.O.N.
Tengo otro proyecto más, hacia fin de año, que es poder volver a producir y gestionar un show drag. También quiero volver a abrir talleres de drag king. Estamos en un momento de mucha planificación y organización.
¿Qué actividades están desarrollando desde “House of Knights”?
Algo muy significativo es que adoptamos a un nuevo drag dentro de la casa. Ahora formamos parte de la casa tanto yo como Andrés Knights, Feli Quispe y el nuevo integrante, Tupé Tess Sora Knights. Esto nos dio esperanza y, al encontrarnos con Casa Zafiro, que mueve mucho la escena lip-sync en La Plata a través de lo que hacen con Man$ión Koncha, organizamos una Mini Kiki por primera vez en junio. Tuvo la fantasía “Cabaret Basura”.
¿Cómo será la muestra que se inaugura en julio?
-Para la muestra estoy abriendo mi corazoncito, dejando de huir a una pregunta y haciéndome cargo de un punto en mi cabeza que tiene que ver con la idea de la construcción de las masculinidades. Y, en mi caso personal, de qué manera, cómo es ese tiempo y espacio, cómo es ese sentir, con qué materialidades y qué preguntas les hago a las masculinidades. Por ese lado va la muestra. Sobre todo, me permití divertirme y no tenerle miedo a la ternura que es un gran enemigo de la masculinidad.
Va a ser una muestra transdisciplinaria: va a haber fotografías, objetos, instalaciones, dibujos digitales intervenidos y pintados, ensamblajes, todo desde una clave humorística. Va a haber instancias de performance, visita guiada con Pilar y un taller de confección de vello facial con materialidades no convencionales. El vello facial es lo que tira la muestra: este elemento corporal que aparece alrededor de la nariz y boca, que puede ser el bigote y barba. Todo va a finalizar en un concurso de barbas y bigotes con un jurado compuesto por tres artistas alucinantes.
Próxima inauguración: C.C.H.H.A.V.O.N. estará en Sala Peluche en julio. Más información en el Instagram @armandoa.bruno
Agustina Trupia