A los 15 años fui a comprar a las galerías Churba la remera del Black Album de Metallica, el dueño del local me dice que no hay cambiador, que me podía probar la remera en medio del local, como había una chica, le dije que no la queria, que no me podía quedar en cuero delante de ella y el me respondió: “En algún momento ella te va a ir a buscar porque le vas a gustar”.
En 2004, el año de Llegás, hago un casting para una publicidad y adelante mío hay un actor de un gran recorrido. Hace la prueba y siento que va a quedar el por su forma tan segura y determinante, hago el casting desmoralizado, no quede seleccionado, claro. En la semana volví a mis clases de teatro y mi profesor de ese entonces me dice: “Si seguís asi, en algún momento vas a estar en el lugar de él”.
Llegás nace por una gesta de amigos. Sin saber de la invención de la mística desde cero. Poner la lupa en ese lado B de Buenos Aires y que suceda. Ser un medio de comunicación para turistas que “llegaban” a Buenos Aires. Sin embargo, las cosas fueron cambiando con el tiempo y Llegás fue tomando otros rumbos.
Había trabajado de cartero, panadero, contador de autos en la autopista y más. Ya era periodista, recibido en ETER. En ese momento hacíamos un programa de radio con amigos que se llamaba “Lo hacemos por la guita”. Estaba actuando en dos obras: “Encontrar la vuelta”, en el Teatro del viejo Palermo y “Necesito que me quieran aunque sea en un baño”, en Tadrón.
Siempre levante cosas de la calle. Intentar ir en busca del deseo, de ser el “dealer” del propio destino, ese motor del circuito cultural independiente de Buenos Aires: donde no hay nada crearlo. En 2005 encuentro un ejemplar de Llegás en la calle. En el piso. En Costanera Sur. Había pasado el menemismo, el 2001, levanto la cabeza, sigo caminando: el comienzo de una era.
Llevo un curriculum en papel a la redacción, me atiende Gustavo Gaona, me recibe y a las dos semanas, me dice “no hay nadie que venda avisos de teatro, ¿Querés empezar por ahí?. Arranqué y entendí el circuito con inteligencia artesanal para armar vínculos: garra y gestión.
En estos 20 años, sigo intentando cambiar mi piel y la del mundo: con la revista en papel en la calle, en los teatros, asociando la presencialidad incluaudicable que necesita la escena, fortaleciendo el derecho a la información, difundiendo todas las obras desde las consagradas hasta las que logramos subir a los éxitos de convocatoria.
La forma de construir sigue siendo la misma, armando equipo de manera colectiva y amorosa un medio de comunicación independiente para que nuestras opiniones puedan multiplicarse e intentar colocar voces distintas dentro de las múltiples posibilidades de información que siguen y siguen emergiendo en esta feroz época del individualismo.
Llegamos a estos veinte años y nombrar a sus fundadores, Mariano Hamilton, Pablo De Biase, Alejandro Caravario, Antolín Magallanes y Horacio Barisani. A Gustavo Gaona por toda su generosidad en los años que había que sostener el medio cueste lo que cueste. Daniela Sawicki quien le ha dado una pincelada siempre detallista y sensible al diseño. A Juan Crespo que siempre lo queremos tener en nuestro equipo. Nahuel Saa quien ha dado toda su energía creativa abriendo nuevos espacios para que Llegás siga creciendo. Luz Marchio nuestra Iron Maiden encargada de darle estilo, singularidad y variante a las 273 tapas de Llegás. Paula Boente y Julieta Bilik que siguen armando sentido con su estilo periodístico. Dulcinea Segura por meter la danza en las páginas de Llegás. Al doctor Ricardo Pablo López Barrios por el empujón necesario que me subió a dirigir Llegás. A Melina Seldes por hacer y pensar en el Festival Llegás. A los amigos y las amigas. A todos y todas los periodistas y colaboradores que han pasado dejando su huella y al equipo actual que renueva las ganas y mira hacia el futuro: Lucas Oliveira, Laila Desmery, Laura Gómez, Paula Boente, Julieta Bilik, Agustina Trupia, Dulcinea Segura, Agustina Soler, Juan Pablo Susel, Lilian Sprovieri.
A Joaqui, Lola y Romi por la ternura que hizo posible llegar hasta acá.
La vida y Llegás repitiendo mantras: el periodismo y la ética. Pegarle con todo a la bolsa de la burocracia. Hacer festivales para tejer un puente entre la cultura y la gente, gratuitos, como la revista, asi van en sintonía. Seguir generando lazos. No hay notas pagas, las notas nunca se cobran. Recomendar y no fajar a los que están empezando. Agradecer SIEMPRE a los artistas, a nuestros anunciantes, a nuestros lectores, por estar ahí y compartir con nosotros los días felices de Llegás.