Aquelarre de cuerpos
Sección Danza - Revista Llegás
Danza

Aquelarre de cuerpos

Sobre la calle Malabia, en el barrio de Villa Crespo aparece Movaq un espacio de clases, experimentación, creación y producción de contenidos: danza, teatro y movimiento en un mismo lugar.

10 de noviembre de 2021

Se acerca fin de año y parece que esa proximidad aceleró cada vez más la vuelta a la presencialidad plena. Los aforos aumentan, los barbijos se aflojan y la temperatura colabora con esa sensación de relax que se mezcla con las ganas de fiesta después de año y medio con la cultura a media marcha. Ahora que las salas teatrales se desperezan, nos lanzamos a mirar sus propuestas y así llegamos a MOVAQ.

“La escena es el espacio ritual que alquimiza al ser, no es para mostrar destrezas sino para darle un ritual cotidiano a la vida”, afirma tajante Analía Slonimsky, quien junto a Lía Mazza, Julieta Rodríguez Grumberg y Laura Peña Núñez, gestionan colectivamente MOVAQ Aquelarre en Movimiento, una sala escénica de Villa Crespo dedicada a la enseñanza, el intercambio y la investigación en las áreas de danza, teatro, performance, audiovisual y música. 

Ubicada en la calle Malabia, MOVAQ recuerda un poco la mítica sala Café Müller que durante varios años albergó diversas experiencias de danza y cuyo cierre significó una gran pérdida para el sector. 

MOVAQ se propone como un punto de reunión en instancias presenciales y virtuales, absorbiendo los formatos que se abordaron desde el principio de la cuarentena, cuando el cierre del espacio las llevó a ponerse en movimiento. “La danza es salud, nos dimos cuenta que durante la pandemia a veces la persona sólo se conectaba con su cuerpo en el zoom de la clase y eso para nosotras es fundamental”, señala Ana respecto a aquellas clases sostenidas de manera virtual.

Al rememorar esos días de pausa, las gestoras artistas explican que se rearmaron gracias a la construcción colectiva del equipo docente, a algunos subsidios que recibieron y al apoyo de Escena, que nuclea a espacios escénicos autónomos. También realizaron una programación on line con archivos recuperados de obras de danza, posible gracias al aporte de colegas que remasterizaron trabajos para ofrecer su material en condiciones. “Se puso en evidencia la precarización porque no había buenos registros de las obras, muchos colegas no querían pasar el material por la baja calidad del registro”, señala Ana.

La sala, que hoy cuenta con una pata pedagógica y otra escénica, empezó a activarse lentamente. “Volver a habilitar el engranaje de toda una maquinaria no es de un día para el otro, hay un montón de cosas que faltan a nivel de equipamiento, que quedaron postergadas porque había que subsistir y no está el aforo al 100%”, explica Ana que piensa que el formato híbrido llegó para quedarse, con una parte que no va a volver más y otra que va a ser nueva.

La programación actual es más performática y se registra para compartir temporalmente en el canal on line. Ambas creadoras acuerdan que el objetivo es que la sala sea una fuente de trabajo, un espacio colectivo, impersonal y en permanente movimiento, abierto al barrio y a lo que pide ese espacio cargado de deseos: “Nuestra idea es tener el año que viene una programación con residencias, ciclos, festivales, obras, producciones”. Y hacia allá se dirigen.

 

Movaq, aquelarre en movimiento

Malabia 852

Más información sobre clases y programación en: https://www.estudioaquelarre.com.ar/ 

Dulcinea Segura Autor
+
ver más notas