La gravedad del encuentro es un proyecto que recién comienza a recorrer el camino de las presentaciones al público y que contará con dos funciones este próximo fin de semana. Fue parte del ciclo Instalar Danza III, con curaduría de Inés Armas, realizado en Fundación Cazadores en marzo de este año.
Se trata de una creación colectiva de Alina Marinelli, Bárbara Hang, Mariana Montepagano y Margarita Molfino, intérpretes del movimiento que trabajan en proyectos de danza, audiovisuales o performáticos, con una mirada muy personal sobre el mundo. Acompañadas por 45 piedras, proponen una exploración sin jerarquías entre los distintos ‘cuerpos’ presentes, ya que la inclusión de las piedras como protagonistas pone en condición de igualdad la materialidad de las rocas y de las intérpretes.
La gravedad planteada en el título hace alusión a esa fuerza física “inherente a toda materia que mantiene a los cuerpos unidxs y en atracción constante”, como expresa Alina Marinelli, autora y directora de la pieza. Pero a la vez, tal como ella misma afirma, se trata de una fuerza que mueve, que permite relaciones y permanencia: “el nombre se pregunta por cuál es la gravedad específica que surge en el encuentro de determinados cuerpos, y cuál es la gravedad que se hace presente en las diferentes construcciones que van atravesando piedras y humanos, que en general son frágiles, vulnerables, precarias”, explica Alina.
La directora cuenta que este proyecto lo escribió antes de la pandemia, que una vez atravesada sumó otro sentido relacionado con la gravedad en tanto “afectación extrema con tendencia al dramatismo”.
Luego de varias pruebas con ladrillos llegó al trabajo con las piedras, siempre a partir de un interés en los modos de hacer y decir que es lo que la impulsa a los cruces, las colaboraciones y lo colectivo, más allá del hecho representativo: “No me interesa que lo que me moviliza que sea solo para la escena, me interesa que esté en el modo de cocinarse de los procesos; y es lo que sucedió acá”, afirma.
En sus exploraciones previas con el material llegó a la conclusión, a partir de una ida y vuelta entre la práctica y el pensamiento conceptual, que las piedras hablan del tiempo, la duración, la permanencia y la resistencia. Ahí conviven las marcas de la erosión y lo que queda.
En cuanto al proceso de trabajo, Alina observa que durante la experiencia entre las intérpretes y las piedras, la materialidad del objeto se fue volviendo blanda, permeable y maleable, pese a que las piedras refieren a lo duro y pesado. Pueden ponerse en relación de manera tal de “hacer junto con la cosa y dejar que (la cosa) me haga”.
Por otro lado, las piedras utilizadas son piedras pómez, piedras volcánicas, porosas, que flotan y tienen un peso menor a la imagen que dan y que, según Alina también tienen algo similar al tejido óseo. En ese sentido, las piensa como unidades que estructuran, que se vinculan para configurar algo mayor. En la composición de la propuesta coreográfica esto tiene que ver con el sostén, tanto en el soporte interno de un cuerpo como entre los cuerpos diversos (sujetos y objetos, o sujetas y objetas), y con la posibilidad de construir relación entre la materia del cuerpo humano y la materia de la tierra.
La coreógrafa despliega su mirada y propone la danza, con su manera de pensar y habitar el cuerpo, como una forma de volver físicas las preguntas que se hacen acerca de “los vínculos y la participación, los roles y jerarquías, y los modos de hacer y construir juntxs”.
Mediante una serie de acciones coreográficas vinculadas con la suspensión, sostén y movimiento, las intérpretes trabajan los diferentes tipos de cuerpos, explorando (otras) maneras de cargar, sostener, tocar, suspender, apoyarse, comunicar, acordar y construir.
Este próximo fin de semana en Uno + Uno se podrá ser parte de esta experiencia que propone respuestas físicas a preguntas tales como: ¿Quién sostiene y quién es sostenidx? ¿Cuál es la huella que deja un cuerpo sobre el otro? ¿Quién mueve a quién? ¿Qué cuidado requiere cada cuerpo? ¿Qué propiedades comparten?
Es una invitación a ser cómplices de esa práctica y aceptar atravesar “acuerdos temporales sobre las formas de colaboración, que nos den la confianza para tomar riesgos que no tomaríamos solas”, además de compartir las huellas que los movimientos espaciales, el polvo, la sonoridad de los cuerpos y el tiempo, nos dejen impresas en la memoria.
Colaboración artística Camila Malenchini
Concepto y Dirección Alina Marinelli
PRÓXIMAS PRESENTACIONES
SÁBADO 30.04.2022 · 16h.
DOMINGO 01.05.2022 · 16h.
UNO+UNO - DARWIN 1351, PALERMO.