Estrenada a fines de 2022, Estasis sigue un poco el camino que abrió Perfo en vivo, un proyecto escénico realizado con su compañera Mariana Cinat que circuló durante el período de pandemia configurándose como una de las revelaciones de la movida artística de esos tiempos y con la que ganaron el Concurso Nacional de Actividades Performáticas en entornos virtuales del INT. Ambos proyectos exploran el lenguaje entre Arte Escénico e Imagen. “Perfo en vivo es un punto de inflexión en mi búsqueda como artista, ha modificado todo incluso a Estasis que era un proyecto que gestamos Mariana Cinat y yo previo a Perfo en vivo”, señala Bazzalo.
La obra invita a entrar en el espacio teatral de una manera poco convencional, ubicando al público en el interior de la pieza. Las visuales visten la sala y cubren escena, espectadores y artistas. Las coreografías grupales se desplazan por el escenario o las gradas, en las que los cuerpos trepan, ruedan o se dejan caer, vencidos por la gravedad y las reflexiones. Cada intérprete tiene su momento, compite por su instante de ser foco de atención, o expresa un pensamiento sobre el mundo con la voz de una proclama que llama a mirar el presente.
Conversando con el director supimos que les rondaron varias ideas iniciales, luego descartadas (“al menos 3 ó 4 muertes trágicas”), hasta llegar a la obra. La que dio el impulso final se apoyó en el término griego Stasis (es la forma de referirse a las guerras civiles), descubierto mientras leían a Hito Steyerl y un análisis sobre el término del italiano Giorgio Agamben. “Estasis es un concepto polisémico que entre sus definiciones tiene significantes totalmente contrapuestos, esto me resultó enormemente representativo, tanto de mi presente personal como mi interpretación sobre el presente de la humanidad”, explica Bazzalo.
El recorrido del concepto inspirador al resultado final se vio invadido por inquietudes más inmediatas y personales, por lo que el director expresa que fue un proceso “duracional” del que apenas quedó algún gesto pos-pandemia.
En ese proceso creativo que fue “arduo, caótico, turbulento e indescifrable”, confiesa que se metieron en algo que no habían hecho ni visto antes, por lo que ni siquiera suponían con qué se iban a encontrar: “Pasé meses dentro de la sala, muchísimas horas con todo el equipo y muchísimas más en total soledad. Fue un laboratorio de escénicas, visuales, música, dramaturgia, técnica; todo se fue trabajando en paralelo, a excepción de algunos textos que tenía escritos como punto de partida”, refiere Bazzalo mientras recuerda las millones de cosas que probaron y que descartaron con todo el elenco y que incluyeron, además de los ensayos de piso, jornadas de 10 horas con visuales que son un elemento bastante protagónico de la obra.
La imagen es quien viste la escena como una escenografía virtual y lumínica que aporta un metasentido muy actual. Dependemos de las pantallas para la cotidianidad comunicativa y durante la reciente pandemia vivimos inmersos en la virtualidad como si habitáramos ese mundo de ceros y unos. Algo de esa sensación queda plasmado en Estasis.
Lucio Bazzalo es diseñador gráfico y afirma tener una relación uterina con la imagen. Nutrido por una infancia rodeada de libros de artes plásticas, VHS, jueguitos, cine y museos, dice que la imagen ha sido para él una motivación intrínseca y reflexiona sobre el poder que carga en el presente: “Hoy la imagen es más un arma que un decorado. Herramienta e instrumento. El tratamiento y el uso que las meta organizaciones, el sistema, el consumo y los mercados globalmente dominantes vienen haciendo de la imagen son en gran medida mi objeto de trabajo”, señala este profesional del audiovisual que conoce el ámbito publicitario donde juegan las grandes marcas.
Como creador, establece un todo indisoluble entre las visuales, los cuerpos y los textos, algo que se observa en Estasis y que genera una sensación envolvente a partir del estímulo de la voz, la palabra escrita, los cuerpos, las imágenes. Bazzalo sostiene que de alguna manera trabaja con todos los elementos como si fueran textos, citas y metatextos: “En algún sentido compositivo semiológico lo son. Son enunciados dispuestos que elaboran un ‘discurso’ ciertamente accidental. Son lenguajes a su vez: movimiento, imagen, letra. Mi desafío suele estar en la exploración del lenguaje propio de la pieza. En la instancia de laboratorio de creación voy planteando un escenario donde pongo esos lenguajes a coexistir con la intención de confundir sus fronteras”, remarca este director que también se identifica con el concepto de obra de arte total, con ese “aspecto orquestal y multidisciplinario” que siempre le fascinó del cine.
Motivado por el desafío de ir hacia lo desconocido, por “la colectivización de un cuestionamiento interno, el riesgo total”, manifiesta: “Me siento más afín con la expresión al pensar globalmente en el acabado de mis obras, aunque en varias obras pongo textos que son información, datos, citas, en esos pasajes expresión y comunicación se relacionan en tensión. Creo que la relación entre ‘cuerpo’ y ‘dato’ es siempre violenta y conflictiva y ese conflicto forma parte de mi interés artístico actualmente”.
Estasis es una obra que cruza fronteras disciplinarias y cambia la perspectiva del público que parece estar ‘dentro’ de la obra, como si fuera parte de todo lo que sucede, que lo interpela desde el interior, en esta propuesta en la que el arte escénico les atraviesa el cuerpo.
Finalmente es el arte que se manifiesta y que nos reclama acción, conexión, transformación, como expresa Lucio Bazzalo: “El arte es una ventana, un portal hacia una posibilidad de existencia (al fin nuestra de verdad). Una escotilla de escape de la existencia diseñada en que vivimos. Una válvula de presión. Un instrumento que tiene la capacidad de devolvernos a la sensibilidad más esencial, en el sentido más profundo. Una herramienta de liberación con la capacidad de transformarnos en un instante y para siempre”.
FUNCIONES: Sábados de marzo, 23 hs. Patio de actores - Lerma 568
Intérpretes: Mariana Cinat, Lucía Cuesta, Manuel Pallero, Matías Viera.- Coreografía (por orden alfabético): Mariana Cinat, Lucía Cuesta, Manuel Pallero, Carla Rimola, Matías Viera.- Dirección coreográfica: Carla Rimola y Lucio Bazzalo. Dramaturgia y dirección: Lucio Bazzalo.