A comienzos de los 90 el grupo El Descueve modificó para siempre la relación entre la danza y el teatro. Un repaso por el recorrido artístico y el presente de cada unx de ellxs da cuenta de la importancia de aquella formación en sus producciones individuales.
El Descueve fue una compañía independiente de danza creada por Mayra Bonard, Carlos Casella, Ana Frenkel, María Ucedo y Gabriela Barberio en 1990. Tan fuerte fue su impronta que en el año 2015, al cumplirse los 25 años de creación, fueron convocados por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) para revisitar la obra Todos contentos, con otros intérpretes y crear una nueva obra: 0.0. Al preguntarles qué se mantenía vivo en el grupo en ese momento dijeron que la misma libertad que los movía en sus comienzos. “En ese momento de El Descueve necesitábamos atravesar todas las posibles formas para llegar a una libertad en relación al cuerpo y al pensamiento”, repasa Bonard.
Los vemos en la escena actual como artistas consolidados que mantienen esa fuerte impronta corporal que los caracterizaba, como un fractal.
María Ucedo desarrolló una carrera de actuación que la llevó al cine, la televisión y el teatro. “Me dediqué un poco más a la actuación, pero siempre sentí que era la misma, desde el momento cero”, expresa mientras asiente cuando se le pregunta si todavía hay algo del Descueve en sus creaciones: “El Descueve no es algo aparte, fue una construcción colectiva pero yo tenía esas inquietudes desde antes”.
Ucedo reconoce que cuando crea algo propio siempre se apoya en el lenguaje corporal y en herramientas poéticas que no necesitan tanto la palabra, sino que apelan a la posibilidad de las imágenes o el movimiento. “Reconectar con ese lugar de la creación y el movimiento, todo junto, es la herramienta mía típica, por la cual empecé a actuar”.
Durante este año se encuentra con funciones a sala llena de El rayo, un unipersonal biográfico compuesto con bellas imágenes que se apoyan en su trabajo corporal.
Mayra Bonard desarrolló un camino como coreógrafa e intérprete: “No sé exactamente si en mis obras se mantiene algo del Descueve, creo que la forma cambió bastante, pero sí puedo ver que hay algo de la interpelación, de la ironía, del doble sentido, del humor, así como del riesgo, de la sensualidad y de la sexualidad, que estaba en El Descueve y sigue estando en mis obras”, expresa la directora de la compañía Selección natural con quien creó Vivir Vende, una performance que se encuentra en cartel en la sala Planta.
Bonard también es intérprete en Hermafrodita, performance nominada a los Premios ACE que realiza junto a Carlos Casella bajo la cuidada dirección de Alfredo Arias. “La libertad en relación a ciertos temas incomoda, el mundo se puso muy conservador”, señala la artista.
Gabriela Barberio, bailarina y coreógrafa, es la única integrante del grupo que tomó una distancia kilométrica al mudarse a España con su familia. Instalada en Barcelona desde el 2010, transitó distintos caminos en relación a la escena pero reconoce que le faltó ese equipo de trabajo tan concreto que era El Descueve. Luego de hacerse espacio en una España en la que no muchos la conocían, volvió a dar clases y a coreografiar, entre otros, con La Fura dels Baus, el icónico grupo catalán, en una puesta escénica monumental para un festival en Salzburgo.
Hoy en día maneja con su compañero un espacio de escalada donde se realizan eventos en los que se cruzan la escalada, actividades aéreas, el arte y la conciencia ecológica; una mirada que suma a la capacidad creativa, como señala Barberio. “Me sentí muy útil y coherente desde el minuto cero: reutilizar, reciclar, reconvertir, sin perder la identidad en el modo de hacer las cosas”, reconoce mientras busca darle mayor forma al mundo escénico como otra manera de trascender.
Carlos Casella, el único integrante masculino del grupo desarrolló su carrera como actor, coreógrafo y cantante, siendo la música un aspecto a destacar en su impronta personal como artista y algo que empezó a despuntar en las últimas obras de El Descueve. Este 11 de agosto está presentando Puto y orquesta, un espectáculo musical donde interpreta clásicos universales y nuevas canciones, y cuyo hilo conductor es su mirada sobre el amor y la masculinidad. Con invitados especiales y una puesta en escena en la que lo acompaña el bailarín y coreógrafo Gustavo Lesgart.
Finalmente, Ana Frenkel, quien posee una técnica de entrenamiento muy concurrida ya convertida en sello propio. La artista volvió a escena en este último tiempo con GRUB, un recital de danza, dirigido por ella y codirigido por Carolina Borca. La pieza está basada en el encuentro entre cinco intérpretes del movimiento y la construcción musical, a cargo de Diego Vainer (quien también fue músico de El Descueve). El público espera volver a verlos luego de su participación en el FIBA y las funciones en Artlab.
El Descueve retorna siempre en las creaciones de quienes le dieron vida. No se pierdan la evolución de sus fractales.