En esta entrevista Juan Coulasso reflexiona sobre la experiencia nómade de Un obra más real que la del mundo. El cementerio de la Chacarita como Necrópolis estética
“Todos estos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir”
(Roy Batty, Replicante en Blade Runner)
Nomadismo en busca de refugio ante la violencia sospechosa del cosmos. Búsqueda de nuevos suelos y fauna para la alimentación. Nomadismo y los orígenes de la representación: algunxs morían, se iban quedando pero había que avanzar sin más (aún la Idea de individuo no gozaba de concepto).Más adelante se lxs recordaría y se lxs imitaría. Origen de la Mímesis ritual: asimilarse a otro por gestos y voz; producción de apariencias. El material genético del teatro es la sustancia de la Memoria, de lo Divino y la Muerte. Una obra más real que la del mundo mundo dirigida por Juan Coulasso, en colaboración dramatúrgica con Victoria Roland, y la compañía “La mujer mutante” es una experiencia de nomadismo, de desplazamiento estético de riguroso silencio, de reivindicación histórica de un territorio de la ciudad (Chacarita) que sirve de archivo de la memoria de los nadies. Los cementerios son museos de la existencia. Casi como una crítica al sedentarismo teatral, Juan Coulasso comenta la creación de una pequeña maquina nómade a partir de un espacio que termina en el límite de la mirada: “Esta obra jamás podría haber sucedido adentro de un teatro, porque el movimiento que la impulsa es precisamente salir al encuentro de lo real. Siempre sentimos que el espacio de este experimento tenía que ser el mundo, con su hiper-realismo como escenario. Queríamos robarle al cine la aventura de lo real: pavimento, cielos, árboles, edificios. Esta obra nace a partir de una serie de caminatas a la deriva que nuestra compañía La mujer mutante hizo en el año 2018, en el marco de los Foros de Barrios Creativos, por lo que nosotrxs llamamos la República de Chacarita, cuya mítica fundación coincide precisamente con la creación del cementerio. Recorriendo sus calles, entendimos que Chacarita no sólo es un típico barrio porteño, sino que además es el barrio que custodia ciento cincuenta años de historia, tres generaciones de ciudadanxs, ¿cómo se habla de Chacarita sin contemplarlxs a ellxs? Casi toda la tierra que pisamos está llena de nuestrxs muertxs. En esta obra, se escurre nuestro homenaje a todxs ellxs, nuestro humilde intento de reflexionar sobre ese abismo que es la muerte, en medio de una realidad muy agitada en la que nos toca vivir y sobrevivir. Como sabemos que toda experiencia es más constructiva si la elaboramos colectivamente -de eso se trata el teatro, ¿no?-, la obra se organizó a partir de la idea de conformar una comunidad circunstancial para realizar una caminata a la deriva por este sitio, es decir, por el Cementerio más grande de nuestra ciudad.”
El grupo humano recorre el Sexto Panteón del cementerio, ahora autodefinido: Necrópolis. El lugar delimitado para el recorrido es una ingeniería sensible de la arquitecta Italiana Itala Fulvia construido entre 1950 y 1958. Lxs Guías se cruzan y toman la conducción de la manada. “Lo infinito remite a lo Absoluto” desliza uno de los Guías, aludiendo al laberinto imposible de las galerías idénticas que remiten a Dios y un poco a Borges, que vendría ser lo mismo. La Muerte, una anciana insoportable y metida cruza uno de los jardines; una Merodeadora nos orienta con respecto a las pestes y sus consecuencias; Itala Fulvia, la arquitecta tiene un micro-homenaje trans, mientras se atraviesan textos estadísticos y mitologías locales del por qué de este lugar. “Fantaseábamos con activar una percepción expandida y un estado de contemplación que tuviera un efecto temporal prolongado – dice Coulasso – Cuando descubrimos El Sexto Panteón, la monumental obra que construyó Itala Fulvia en el pulmón del Cementerio de Chacarita, algo de todo eso que estábamos buscando se nos impuso. El diseño de esta maravilla logró contener nuestra mirada, le otorgó algo sobre lo cual posarse, devenir y derivar. No es casualidad que hayamos encontrado la calma para permitirnos mirar, justo en el recinto de la muerte, en el lugar donde se interrumpe la vida contemporánea, rige la improductividad y nadie gobierna por encima de nadie. La muerte nos iguala, ¿no?Yo creo que aquí reside el verdadero gesto político de nuestra caminata. Itala diseñó una obra para ser paseada, contemplada, El Sexto Panteón no es solo una obra arquitectónica funcional para albergar los restos de 40.000 fallecidxs, es, además, una gran obra de arte. No sólo eso, es una obra de arte pública, es decir, nuestra, made in Argentina. Podés ir a visitarla cuando quieras”.
Morí sin morir.
La muerte como tema siempre se impone ¿Acaso hay otro? Si hay algo que somos es que somos para la muerte ¡pero vaya a saber qué significa eso! Es tentador transcribir sentencias entre lo poético y lo desahuciado y lo romántico. Nos afecta porque de alguna manera ya estamos ahí, o sea, muriendo. Una obra más real… sucede los Sábados pasado el mediodía, y salvo los concurrentes de la experiencia, no hay demasiada gente allí, ni familiares, ni amigos, ni enemigos, ni conocidos, ni acreedores, ni deudores. ¿Hay alguna reflexión mayor que esa? ¿Qué más puede decirse? 40.000 nombres sin nadie que los lea o signifique en algún recuerdo personal. Un sábado a la tarde y no hay nadie. Eso es la muerte. Frente al tema el creador de Carne y Hueso reflexiona: “La vida es una ilusión, la muerte es la realidad, aquí comienza el reino de la verdad. Respetad mortales este recinto. Como planteamos en la obra, hoy asistimos a una verdadera desritualización, una desimbolización, una profesionalización neutralizante de las conductas funerarias. El hombre moderno, acumulador de bienes, actúa como si no debiera morir, como si la muerte no existiera.
Podría tranquilamente decir que lo que hacemos no es una obra sino más bien un ritual funerario contemporáneo, dedicado a lxs muertxs del pasado y del futuro. Los curas invocan a Dios antes de entregar a lxs muertxs a destino. Nosotrxs invocamos otras fuerzas, pero el objetivo final es el mismo, acompañarnos en la reinvención simbólica que envuelve el gran misterio que es la muerte, y que ha sido objeto de culto, estudio científico, y toda clase de prácticas rituales desde el inicio de la humanidad. Con honestidad, no creo que lo más conmocionante de nuestro gesto sea la obra en sí, es decir, nuestra producción subjetiva, sino más bien la experiencia de caminar juntxs por ese lugar tan cargado de historias individuales y mitologías colectivas de lxs porteñxs.”
El nomadismo es metáfora: caminamos entre muertos todos los días entre arquitectura eficiente, nos distraemos con las cosas, con la cultura, con las ideas y las personas más o menos vistosas, dejamos algo o muy poco o nada para luego morir y ser objeto material y literario de la mirada de otros para el recorrido posterior de otros viajeros. Y no hay más. Todo se perderá como lágrimas en la lluvia.
Una Obra más real que la del mundo.
PUNTO DE ENCUENTRO: Av. Federico Lacroze 4200, esquina Corrientes - Sábado 14:30 hs
Guías: Federico Pereyra, Flor Sánchez Elia, Ignacio Pereyra, Nadia Lozano y Victoria Roland | Macarena Trigo |
Textos: Federico Pereyra, Flor Sánchez Elia, Ignacio Pereyra, Juan Coulasso, Nadia Lozano y Victoria Roland,
Idea y concepción dramatúrgica: Juan Coulasso y Victoria Roland
Dirección: Juan Coulasso