La literalidad y otros ensayos sobre el arte
Autor: François Zourábichvili.
Editorial: Cactus
El filósofo Françoise Zourábichvili murió inesperadamente en el año 2006. Los textos aquí reunidos (esbozos, anotaciones, notas de lecturas, ensayos de cursos) que abarcan un período desde el 2003 hasta su muerte, fueron encontrados en el disco duro de su computadora por dos amigos/ colegas quienes se encargaron de la selección. Especializado en la obra de Gilles Deleuze y Spinoza (autores fuertemente visitados) Zourábichvili trata de fugar hacia nuevas lecturas asumiendo una actitud filosófica exótica. “Una filosofía solo es interesante por sus aspectos desconcertantes, a la vez extraños y atractivos. De otro modo, se convierte en doctrina, un signo de reconocimiento para una comunidad de fieles”. Esto último nada más alejado de la filosofía de Deleuze.
Al igual que otras publicaciones de la editorial Cactus ( Foucault anonimato de Érik Bordeleau y Foucault más allá de Foucault de Sandro Chignola) en La literalidad y otros ensayos sobre el arte se realiza la misma operación de recortar ciertos conceptos de un autor, conceptos más bien encubiertos , y llevarlos al límite de sus posibilidades para devolverlos al corpus mayor y proponer nuevas relaciones. Con la noción de literalidad se trata de poner de manifiesto una lectura no-metafórica de los conceptos de Deleuze y de volcar la pregunta sobre la génesis del pensamiento, del sentido como emergencia y acontecimiento. Zourábichvili propone leer a Deleuze bajo lo que se denominó “el giro estético de la filosofía”, apoyándose en estos breves ensayos sobre el creador del cine-Ojo Dziga Vertov, el film Los Otros de Hugo Santiago, entre otros (se destaca el último escrito “El anclaje estético de Deleuze” que funciona como un resumen de los conceptos que propone el autor)
La Literalidad y otros ensayos sobre el arte continúa con esta lectura de Deleuze que Françoise Zourábichvili propone en El vocabulario de Deleuze y Deleuze, una filosofía del acontecimiento.
Los campos electromagnéticos.
Autor: Jorge Carrión/ Taller estampa/ GPT-2 Y 3.
Editorial: Caja Negra.
En el comienzo (del siglo XX) fue el verbo surrealista. Al finalizar la primera guerra mundial, André Bretón y Philippe Soupault con apenas 25 años de edad cambian el destino del arte para siempre con la publicación de Los campos magnéticos. Un libro peligroso. La fractura de la conciencia en la producción textual y formal que produjo la intromisión de las lógicas inconscientes en el amanecer del siglo (Joyce, Strinberg, Man Ray, entre otrxs) sigue aún vigente. ¿No es acaso la escritura automática un tipo de dispositivo?
Este es el punto de partida que presenta el crítico cultural Jorge Carrión para desplegar una suerte de historiografía contemporánea de la escritura y su relación con la tecnología en el capítulo 1 “Teorías y prácticas de la escritura artificial”, que junto al epílogo son los únicos escritos exclusivamente por una conciencia humana. El autor plantea un encabalgamiento lineal de superaciones tecnológicas y cómo poco a poco estas cooptaron nuestra existencia de manera silenciosa volviéndose imprescindibles (la escritura predictiva sería el mayor ejemplo de esto).
Si la operación de la lectura podría ser considerada como el encuentro diferido entre dos conciencias, Los campos electromagnéticos pone en crisis esa certeza siendo que varios pasajes y capítulos fueron producidos por el GPT-3 (“un sistema que puede generar lenguaje en secuencias lógicas y gramaticalmente correctas (…) con 175 mil millones de parámetros de aprendizaje automatizado). Como esta capacidad para procesar datos es del orden de lo sublime e irrepresentable Carrión ofrece un ejemplo claro y actual: “¨[ Estas máquinas] permiten, a partir de una instrucción sencilla, como “escribe una biografía de Lionel Messi”, la escritura en pocos segundos de textos de miles de caracteres que cada día que pasa contienen menos errores”. Si bien el autor aclara enfáticamente que estos programas carecen de algo similar a la conciencia humana ¿cuánto tiempo falta para que esa “sustancia” intangible también sea codificada ? ¿Y cuáles serán sus efectos?
Los campos electromagnéticos puede ser leído como una novela de sci-fi que nos advierte el ingreso a un mundo donde las capacidades creativas humanas podrían volverse obsoletas y absurdas ante la potencia ilimitada de estos u otros programas que ni podemos imaginar hoy. Esto podría generar un terror vintage años 80´ de “rebelión de las máquinas” pero el cinismo posmoderno ha domesticado ese miedo. ¿Nos dominaran las máquinas? ¿Qué pasará cuando estos programas se autocorrijan y se perfeccionen a sí mismos más rápidos que la velocidad de la luz? Como reflexiona el novelista Bob Chow, cuando esas super-máquinas hayan evolucionado a un nivel inimaginable se desentenderán de nosotros, les pareceremos nada y se irán a explorar otras zonas del Universo. En definitiva estamos a salvo.