Amauta&Yaguar es un proyecto único. Eso convierte su presente y futuro en algo tan incierto como lleno de potencialidad. Para quienes no la conocen, A&Y es una editorial artesanal enfocada en la poesía de autorxs afrodescendientes e indígenas, y negrista e indigenista, de América. Arranca, en todo sentido, desde mucho más atrás que otros proyectos, porque la poesía se considera siempre un género menor y menos atractivo para las vidrieras (¡pero tan venerado por todxs!) y, además, porque el ser humano en general es racista y en nuestro país no somos la excepción: nuestra cultura impuso una identidad blanca europeísta que niega o desconoce la herencia de estos grupos en el entramado en el que vivimos.
No obstante todo ello, la editorial impulsa un catálogo que defiende a toda costa y notamos una mayor recepción del público año tras año. Ayudan al propósito la aparición de proyectos editoriales afines que trabajan las mismas temáticas, así como de colectivos afros e indígenas que trabajan para aumentar esta visibilización tan negada y resistida.
En el plano de lo artesanal, resultan fundamentales dos ideas no vinculadas entre sí. Primero, poner el cuerpo en la materialización de cada ejemplar es una forma más de asumir nuestro compromiso con la causa, que va más allá de la cuestión comercial que rodea al mercado del libro. Por otra parte, el respeto y apoyo de nuestros colegas artesanales le da un marco al camino que permite que, por ejemplo, podamos mediante acciones mancomunadas llevar el mensaje más allá de nuestras propias posibilidades a través del trabajo colectivo. A propósito, es interesante destacar que casi a la par surgieron dos o tres colectivos de editoriales artesanales como modelo de trabajo y, a la vez, hacer notar que, lejos de competir entre sí, todos los proyectos, ya por amor al oficio y al libro, ya por sostener la bibliodiversidad como bandera, interactúan compartiendo y recomendándose entre sí.
El vínculo con nuestrxs autorxs es, quizás, el motor mayor que impulsa el proyecto. Cabe destacar siempre que cada poeta que apuesta por publicar con Amauta&Yaguar entiende las limitaciones de una edición hecha a mano pero también apoya la idea de un catálogo tan único, como decíamos anteriormente, y en el que se sienten quizás más representadxs que en otras constelaciones de libros, como dice Said. Quizás por eso también, el ritmo de trabajo que llevamos resulta últimamente más lento en término de novedades pero es comprendido por ellxs: cada verso, punto y coma, cada oración; cada impresión, cada costura y encuadernación son cuidados al máximo posible para entregar un objeto que esté a la altura de su contenido.
Como decimos siempre, especialmente en contextos tan complejos como los que nos tocan atravesar en los años recientes, la artesanalidad no es un límite sino una opción más que ventajosa para llevar adelante proyectos editoriales con bajos recursos si se tienen ideas atractivas y tiempo para llevarlas a cabo. Hasta dónde puede o quiere enriquecer la experiencia cada editor, con técnicas de impresión, costura, diseño, encuadernación, es un punto maravilloso que aumenta y diversifica el abanico de las posibilidades que se presentan y profundizan la bibliodiversidad pero también a la artesanalidad en sí. Lo destacable, en todo caso, es que, esas limitaciones que nos impone la economía para expandirnos en la plaza editorial son a la vez la ventaja con la que podemos afrontar los vendavales del contexto: es casi una contradicción pero ¿no es la ligereza que nos da la baja dependencia de terceros –imprentas, librerías, agentes literarios, diseñadores y una larga cadena de etcéteras– la que nos permite tomar decisiones productivas con mayor sencillez que los pilares de hormigón que sostienen a los grandes monopolios, o es solo una ilusión? Decisiones como, por caso, hacer 4 ejemplares de un título y 10 (o 50) de otro, si es lo que se vende, en lugar de tiradas mínimas impuestas que a veces terminan en mesas de saldo o, peor, en quemas?
El futuro de la edición artesanal siempre estará lleno de potencialidad con total tendencia a prosperar si, como todas las cosas, le dedicamos tiempo y amor. El requisito es mínimo. Lo más importante, en todo caso, es acompañarnos siempre. Las editoriales artesanales lo hacemos entre nosotras e invitamos a la comunidad lectora a hacer lo mismo: leer también aquello fuera del mainstream, salir un poco de lo cíclico, de lo standard. En el caso de A&Y, además, compartimos lecturas antirracistas en un mundo que cada tanto refuerza su dosis de odio. A eso apostamos desde el trabajo colectivo y la participación en los diferentes espacios a los que llegamos, intentando cobrar mayor relevancia a cada paso. No por nosotros, sino por estas voces marginadas, silenciadas y negadas sistemáticamente.
MATÍAS CUKIERMAN
---
PREGUNTA A EDITORA INVITADA: SOL CORREA
En este contexto, el precio de los libros no solo es una referencia de competitividad sino también una posición política. ¿En qué punto ese posicionamiento se ve afectado a la hora de circular entre lectores de orígenes tan diversos como los que abarca Buchwald?
Creo que todos los que trabajamos en el libro artesanal sabemos, en primer lugar, que el precio de uno de nuestros libros nunca puede ser reductible a una fórmula contable que considere el costo como el elemento fundamental del cálculo. Y partiendo de esa premisa, entiendo cuando hablás de “posición política”. Nuestro posicionamiento parte de uno de los objetivos que guían nuestra editorial desde el principio: hacer libros con un precio accesible, pero sin dejar de lado nuestra voluntad estética y mucho menos en detrimento de una baja en la calidad de la producción. Tenemos claro que los libros no deberían ser un lujo. No elegimos la “artesanalidad” sólo para explorar la materialidad y expandir las posibilidades de creación (que, de más está decir, es el plus más interesante de este proyecto), también la elegimos por una cuestión financiera: era el único modo posible de poder llevar a cabo una editorial desde cero.
Tampoco hacemos libros para que se exhiban, porque son lindos o raros. Si esa es una consecuencia de una buena manufactura, es un tema que nos excede y hasta, a veces, nos perjudica, porque suele estar asociado automáticamente con un precio elevado. Nuestros precios están a la par de cualquier editorial industrial, y creo que hablo por la mayoría de las artesanales. Queremos ser actores dentro del mercado y eso involucra tanto una lucha como un juego.
Esa lucha implica un trabajo intenso desde lo físico y desde lo creativo. Mantener precios que puedan estar a la par en el mar de propuestas y, a la vez, distinguirse de ellas es lo más siniestro del capitalismo. Y pienso que, en este aspecto, ha sido muy beneficioso para nosotros la diversidad de nuestros lectores, desde lo etario hasta los intereses temáticos, económicos, etc. Nuestro mapa de publicaciones se fue profundizando en la medida en que se ampliaba nuestro público. Hay un ida y vuelta que hace girar la rueda, y por suerte no en un único sentido.
Sin embargo, más allá de esta diversidad, pienso que en algo se encuentran todos: el o la que compra un libro de buchwald lo hace siendo absolutamente consciente del modo de producción de ese objeto. Quiero decir, quien decide hacerse de un objeto que exhibe su materialidad junto con sus procesos técnicos como una de sus cualidades inherentes, esa persona no solo compra un libro sino también es parte del proyecto. Se involucra en ese posicionamiento político editorial, también con su apuesta. Y eso es comunidad.
Me gusta pensar que las editoriales artesanales, hoy en día, tenemos la obligación de generar una comunidad de lectores, que siendo parte de nuestros proyectos, los juzguen y los valúen como nosotros también lo hacemos.
---
SOL CORREA / @BUCHWALDEDITORIAL
Sol Correa (1982) nació en Villa de Mayo, localidad del Conurbano bonaerense. Es Licenciada y Profesora en Letras, diplomada en Artes del libro y magistranda en Artes Performáticas, siempre en la universidad pública. Desde 2017, es coeditora de Buchwald, editorial de libros hechos a mano. También escribe; su primer poemario, Porfía, fue publicado en 2022 (Kunstflug).