En El posmodernismo y la sociedad (1983), Fredric Jameson nos advierte que la modernidad ha quedado atrás, que la lógica cultural de esta nueva fase del capitalismo es otra muy distinta: ya no puede existir la parodía, sino el pastiche. En cierto momento del texto, refiriéndose a cómo esto se inscribe en la cultura de masas, Jameson nos habla del cine de la nostalgia:]” Me parece enormemente sintomático comprobar que al estilo mismo de las películas de la nostalgia invade y coloniza incluso filmes de nuestros días con ambientaciones contemporáneas, como si, por alguna razón, no pudiéramos abordar hoy, nuestro propio presente, como si nos hubiéramos vuelto incapaces de producir representaciones estéticas de nuestra experiencia actual (…) una sociedad que ya no es capaz de enfrentarse con el tiempo y la historia”.
Casi 40 años después la nostalgia debe evitarse a toda costa. No es algo deseable. Tomando ciertas directrices del crítico musical Simon Reynolds (la moda retro) y de Mark Fisher ( pensador estrella de la editorial caja negra), el autor de Porsiemprismo, cuando nada termina nunca, Grafton Tanner (1990), escritor y académico, nos ofrece una clave hermenéutica para leer las estructuras culturales de la actualidad. Podemos decir que Grafton lee al enemigo, ya que el término que da título al libro está extraído de una suerte de informe sobre tendencias de consumo, donde el “porsiemprismo” es la clave: “El informe señala que, aunque el ahora no haya desaparecido, el por siempre se ve cada vez más atractivo”. El tiempo presente que no deja de suceder, una especie de inmortalidad como fenómeno de consumo infinito.
Porsiemprismo no solo describe una lógica cultural, o una estructura de consumo (es tentador analizar cómo se inscriben las intervenciones estéticas a un nivel masivo en la contemporaneidad, donde se fuerza a la materia a borrar los surcos del tiempo y la deflación del colágeno). El eternamente hoy, que se funde en loop con la dimensión del pasado que siempre está retornando, obtura cualquier alteridad (política) del futuro. Cercano a la noción de “realismo capitalista” de Fisher, el “porsiemprimismo”, anula la posibilidad de imaginar un orden social y económico distinto (al capitalismo) porque el presente en su despliegue infinito parece no tener alternativa. (El eterno retorno de Tatcher).
Cabe destacar el prólogo de Ezequiel Gatto que no solo presenta al autor y al concepto en cuestión, sino que realiza una lectura de coyuntura política para que el “porsiemprismo” se nos convierta en algo muy muy cercano : “ Para el experimento argentino, el mileísmo ha apelado desde muy temprano a una Argentina decimonónica, alberdiana (,,,) Esta modelización e idealización, esta idea de que el devenir es capaz de repetir procesos, suena a un principio muy porsiemprista”. En esa estamos.
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Porsiemprismo. Cuando nada termina nunca.
Autor: Grafton Tanner
Ed. Caja Negra
125 págs.