¿Cómo no putear contra el teatro al que le damos todo y devuelve tan poco? ¿Por qué no exigir, con espuma en la boca y lágrimas en los ojos, actuar en la Martín Coronado? ¿Cómo seguir de pie cuando te das cuenta que Tolcachir nunca te va a dirigir? ¿Por qué no gritar, en tetas y embarrada, cuando la sensación de injusticia no entra en el cuerpo? Nos mintieron, nos mentimos, creímos que si trabajábamos duro, que si nos esforzábamos íbamos a poder vivir (dignamente) del teatro, pero ahora tenemos que conformarnos con una casa devenida sala, tres lamentables luminarias y la eterna mugre del teatro independiente… de esto habla “Hijas” y, si sos del palo, difícil no sentirse identificadx.
“Hijas” nos presenta a dos actrices desesperadas por actuar, por que las llamen, por ser vistas. De-ses-pe-ra-das. Con toda la adrenalina, la impotencia, la rabia, el despecho que implica la desesperanza. Dos actrices que sin su vocación quedaron repitiendo textos de Lorca o de Tennesse como si fueran los remos de un bote que quizás las haga llegar a alguna orilla.
Dos actrices (Leticia Coronel y Federico Pereyra) que imprimen una intensidad, una fe, un destino claro a su actuación que hace que unx no pueda zafar y quede prendadx de esos cuerpos que emanan líbido. Eso le regala “Hijas” a su público: la posibilidad de ser testigos de cuerpos presentes, potentes, entregados, estallados, comprometidos con el juego, el humor y la denuncia.
La puesta de Carla Di Grazia y Hugo Martínez nos brinda las condiciones para que aparezca el teatro en su expresión más original: el teatro primitivo, el teatro de encuentro, del sonido y de las formas, del canto y de la danza, de la construcción de ficción a partir del cuerpo y la palabra. Donde el texto de Sofía Badia, Leticia Coronel y Federico Pereyra se presenta como un chorro de imágenes, que evocan más de lo que significan y que permite hacernos viajar por una narración que causa risa, ternura, empatía, reflexión, bronca y ganas de actuar. La hermosa ejecución sonora en vivo de Mantrixa es lo que permite que este dispositivo se mantenga en pie, aportando el clima necesario para construir cada situación dramática sin cerrar el sentido.
Este espectáculo fue producido dentro del marco de la Bienal de Arte Joven y se presenta en el Abasto Social Club hasta el 07 de Diciembre. El miércoles 04 de Diciembre formará parte del Festival Aura en el Teatro de la Universidad Nacional de La Plata. El año entrante tendrá una única función en Timbre 4 (México 3554) el 20 de Febrero y retomará las funciones en el Abasto Social Club los viernes a las 21hrs. desde el mes de Marzo. Les recomiendo que no se lo pierdan.