“Gynette y Gyselle. Ya sabés, nos conocés, nos caés bien”, repiten como un mantra los personajes de Las cuñadas, comedia dramática escrita en verso por Florencia Naftulewicz, codirigida junto a Pilar Boyle e interpretada por Julia Galeano, Mercedes Moltedo y la propia Naftulewicz. Sin embargo, a medida que avanza la obra resulta cada vez más difícil creer que estas mujeres sean capaces de expresar simpatía genuina por alguien. Gynette y Gyselle son cuñadas y viven en un country que funciona como un bunker donde pueden evadirse de la realidad. Cada semana asisten al ritual de spa, se ponen al día con los chismes del Club House y exponen secretos familiares celosamente guardados frente a la manicura. En una situación desesperada, comienzan a urdir un plan que involucrará a esta mujer con la que no tienen nada en común excepto, quizás, la ambición.
El verso no sólo le da ritmo y velocidad al texto, sino que además funciona como un gran catalizador de comicidad. “Empecé a escribir sin saber muy bien hacia dónde iría el material. Noté que la rima ayuda a la comedia y aporta un ritmo dinámico, sobre todo al comienzo. Me interesó la idea de que parezca algo liviano y luego vaya oscureciéndose cada vez más. Las cuñadas se expresan de esa forma porque intentan ser ‘perfectas’, todo tiene que cerrar: sus cuerpos, sus casas, sus vidas y hasta su lenguaje. Fue un lindo desafío. De todos modos, es un recurso que define a estos personajes pero no a la obra”, detalla Naftulewicz.
Miriam trabaja como manicura en un country, tiene una familia a cargo, necesita dinero y no le importa demasiado el “qué dirán”; Gynette y Gyselle, en cambio, pertenecen a la clase alta, viven de la financiera familiar y su estatus depende de las fachadas que han construido para resguardarse de la mirada ajena. Miriam vive en el mundo real y no teme ser genuina con aquello que piensa o siente; las cuñadas habitan un mundo de fantasía y actúan como si tuviesen pánico de poner los pies sobre la tierra. Ese choque de realidades despierta una risa que no proviene de la naturaleza de los personajes sino de sus acciones. “La risa puede suceder o no. Generalmente ocurre y me doy cuenta de que hay distintos tipos de risa. Nuestro objetivo es que suceda desde la incomodidad, poner en jaque al espectador para que diga: ‘¿Por qué me estoy riendo de esto?’. Mostrar la miseria sin máscara puede llevarnos a lugares interesantes”, dice la dramaturga, y aclara que su intención no es reírse de los personajes sino de lo que hacen o dicen.
La cuestión del peso de la mirada ajena ya aparecía en Devil, obra anterior de Naftulewicz: “Me interesan los conflictos dentro de círculos cerrados, esa especie de panóptico donde los de al lado saben absolutamente todo del otro. El concepto de ‘pueblo chico infierno grande’ se puede extrapolar a cualquier situación. En el caso de Devil, las mujeres estaban atravesadas por el dolor de un pasado o por la violencia que ejercieron sobre ellas; necesitaban expresarlo para sanar y transformar esa experiencia. En este caso es al revés: las cuñadas necesitan ocultar, no están dispuestas a cambiar ni a transformar su situación. Es triste ver mujeres que hoy siguen pensando o actuando de esa forma, su único objetivo es seguir perteneciendo al círculo socioeconómico que sienten que las define”.
“Tapar y callar” es la ley suprema en ese círculo selecto donde rige la impostura. Las diferencias aparecen para generar risas pero también tensiones: Gynette y Gyselle beben champagne y se comunican en inglés; Miriam prefiere el tereré y con su marido habla en guaraní. Sin embargo, las decisiones de estas mujeres responden al contexto en el que se encuentran, a la desesperación por modificar una realidad o seguir manteniendo el statu quo. En los planteos de las situaciones y los personajes hay comicidad pero ninguna liviandad. Las cuñadas retrata una clase desde la mirada ácida y la carcajada incómoda.
Por Laura Gómez
Dramaturgia: Florencia Naftulewicz. Dirección: Florencia Naftulewicz y Pilar Boyle
Actúan: Julia Galeano, Mercedes Moltedo y Florencia Naftulewicz
Nün Teatro - Velasco 419.
Sábados 20.30 hs. Entradas $ 750