Ir a ver una adaptación teatral de un clásico muchas veces conlleva mucha expectativa, sobre todo porque ya se conoce parte de la historia y a veces los comentarios terminan en torno a si la obra es como el libro o la película. Sin embargo, esta adaptación teatral de Alicia en el País de las Maravillas escrita por Juan Ignacio Fernández rompe, en un buen sentido, con estas expectativas.
Al entrar a la sala lo primero que oímos es un tintineo, una sonoridad que inmediatamente nos remite a un mundo de cierto encanto, sumamente envolvente. Entra una chica, de cabello negro cortito, que viste un enterito a rayas y una riñonera, y se presenta como Alicia. Nada que ver con aquel personaje de Disney. Esta es una Alicia que podría caminar por las calles de Almagro, el barrio donde se encuentra el teatro Ítaca.
Más que “de las Maravillas”, este mundo podría llamarse “el País de la Peculiaridad” donde los personajes habitan bajo la lógica ilógica propia del mundo de Carroll, pero a través de una apropiación muy particular que cada actor y actriz realiza. Esta apropiación va más allá de la obviedad y el accesorio que imita: el conejo no hace falta que lleve orejas y el sombrero no precisa sombrero. Aquí no hay una copia. Todo lo contrario: esta original versión nos trae inquietudes, sencillas pero también paradójicas, que nos retumban a todes, grandes y niñes. ¿Qué es aquello que nos define? ¿Nuestro nombre? ¿Nuestra actividad? “¿Somos lo que hacemos o hacemos lo que somos?”, repiten los personajes una y otra vez. De cierto modo, esta Alicia le trae un gris a un mundo que se piensa blanco o negro. Ella pregunta por el deseo, el qué te gustaría ser o hacer. No da respuesta, pero sí un camino: la confusión. Tan simple como decir “no sé” y conservar la duda como motor.
Estas preguntas dialogan más fácilmente con niñes de alrededor de 10 años, pero la virtud de la obra también es tener un despliegue escénico que resulta atrapante para más chicos también. Presenta baile y canciones propias, les intérpretes hacen un gran uso de juegos vocales y la comicidad está a la orden del día, con gags físicos y clownescos. A su vez, la obra logra captar la atención a partir de una escenografía dinámica, llena de sorpresas, y un vestuario vistoso. Vale agregar que Alicia Confusión es un proyecto de estupendos teatreros de la escena porteña actual. El equipo está conformado por 20 profesionales, de reconocidas y premiadas trayectorias en todos los rubros, que se unieron para armar este espectáculo, dirigidos por Cecilia Meijide.
Alicia Confusión es una obra donde la chispa salta y la risa queda en el aire. En su realización, se puede ver un gran disfrute por parte del elenco que se contagia rápidamente hacia todo el público. Un plan de lo más entretenido para una tarde en familia.
Por Laila Desmery
Sábados y Domingos 15:00hs
ITACA COMPLEJO TEATRAL
Humahuaca 4027
Dramaturgia: Juan Ignacio Fernández / Actúan: Matías Corradino, Keila Fainstein, Marco Gianoli, Manuela Iseas, Sabrina Marcantonio, Florencia Zothner Ciatti / Músicos: Francisco Casares, Patricia Casares / Diseño de vestuario: Laura Poletti / Diseño de escenografía: Laura Poletti
Producción musical: Francisco Casares / Realización escenográfica: Victoria Chacón, Laura Poletti / Realización de vestuario: Nazareth Dib / Música original: Patricia Casares / Letras de canciones: Patricia Casares, Juan Ignacio Fernández / Diseño De Iluminación: Ricardo Sica / Coreografía: Pablo Castronovo / Dirección musical: Patricia Casares / Dirección: Cecilia Meijide