Ítaca, un nuevo complejo teatral en Almagro
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Ítaca, un nuevo complejo teatral en Almagro

25 de abril de 2022

En estos tiempos la apertura de una sala teatral parece inaudito. Ernesto Falcke, actor y fundador del nuevo espacio Ítaca, revela las intenciones de esta gesta que parecen exceder los motivos estrictamente teatrales

Cuando se le pregunta al actor Ernesto Falcke por el nombre del espacio que inauguró en octubre de 2021 –Ítaca–, extrae de su morral una bellísima edición ilustrada de un poema de Kavafis y lee los siguientes versos: “Ten siempre a Ítaca en tu mente / Llegar allí es tu destino / Pero sin prisa alguna en el viaje / Más vale que se alargue muchos años / y que, en la vejez, recales en la isla / con toda la riqueza ganada en el camino / sin esperar que te enriquezca la Ítaca”. La importancia del viaje y la decisión de no esperar nada al término de la odisea parecen ser los pilares sobre los que se montó este nuevo complejo teatral situado en Almagro.

A pesar de los obstáculos impuestos por la pandemia –los lestrigones, los cíclopes y el colérico Poseidón que enumera el egipcio en su poema– el proyecto pudo seguir adelante. Falcke subraya que esta es una asociación sin fines de lucro y que el deseo no es ganar dinero sino ofrecer un espacio cultural en la ciudad para devolver algo de todo lo recibido. “Acá no tenemos costos fijos de mantenimiento, entonces partimos de una base con la que muchos espacios no cuentan. En mi caso, no necesito más de lo que tengo. El objetivo es que el teatro se sustente y pueda ser un espacio de creación, que el dinero no sea un condicionante a la hora de hacer o tomar proyectos”, explica quien además se desempeña como escribano.

La programación incluye Paisaje (sábados a las 21), obra de Harold Pinter dirigida por Diego Ferrando y protagonizada por el propio Falcke junto a Laura Cristal. El actor reconoce que Pinter es un autor hermético y aclara: “Sabemos que no es para vender 200 mil entradas pero nos damos el lujo de hacer lo que deseamos. Por supuesto queremos llenar la sala, pero también somos conscientes de esa elección”. Las otras propuestas en cartel son Que te vaya bonito, Alicia Confusión, Luisa, La Madonnita, La última cinta de Krapp, y en mayo subirá Petit Hotel Chernobyl.

El espacio cuenta con una mesa repleta de libros a la entrada, un bar, dos salas (la Raúl Serrano con 120 butacas y la Harold Pinter con capacidad para 50 espectadores), camarines con todas las comodidades para los artistas, accesibilidad para las personas con discapacidades, un sótano pensado para almacenar escenografía, equipamiento acústico adecuado para estar en armonía con los vecinos y una infraestructura que respeta todas las normativas. Además, las paredes alojan una muestra de arte itinerante.

El barrio de Almagro tiene una agitada vida cultural y es uno de los principales focos de actividad del circuito de teatro independiente en la ciudad. A pocas cuadras de Ítaca se ubican Espacio Callejón y El Extranjero (entre otros); el actor dice que la idea es integrar los espacios de la zona a un mismo proyecto para pensar políticas de espectadores. “Nosotros recién empezamos, así que estoy tratando de armar una red de teatros con las mismas necesidades y una búsqueda estética similar”.

Con respecto a la inscripción del complejo en la escena teatral porteña, Falcke sostiene que para él es importante ser creativo a la hora de diseñar estrategias de sustentabilidad sin necesidad de recurrir al erario público (por ejemplo, convenios con salas extranjeras o acuerdos con empresas). El actor confía en la solidez del proyecto y en sus objetivos: “Si uno arma un espacio que sea cuidado, bello y confortable, lo que hace es elevar el nivel del teatro independiente. No es necesario que los actores no dispongan de un baño privado o que no haya accesibilidad. Yo he tenido que cambiarme en la calle antes de alguna función”, recuerda, y explica que la sala fue pensada desde el actor porque ese es su origen.

¿Vivir del o para el arte? Esta es una disyuntiva a la que se enfrentan muchas veces actores, actrices y miembros de la comunidad escénica. Falcke cuenta que durante varios años tuvo un pie en el derecho y otro en la actuación, hasta que las circunstancias le permitieron dedicar más tiempo a sus actividades artísticas. Tuvo una experiencia anterior a cargo de una sala junto a algunos compañeros de la escuela de Serrano (El Galpón del Abasto), pero advierte sobre los peligros de ser devorado por la estructura: “En un momento nos encontramos trabajando tanto para sostener el lugar que no teníamos tiempo de trabajar como actores. El desafío es encontrar un punto de equilibrio”.

Muchos espacios suelen ser bautizados con nombres de artistas foráneos o ya fallecidos, pero la sala más grande de Ítaca lleva el nombre de Raúl Serrano, maestro y mentor de Falcke, quien estuvo presente el día de la inauguración para cortar la cinta: “Llegué a tener un vínculo muy cercano con él, trabajamos juntos –relata su discípulo–. Lo considero muy sólido ideológicamente, un hombre comprometido. Siempre hubo coherencia entre lo que dice y lo que hace. Hay muchas personas valiosas por su humanidad en relación al arte, pero en mi historia personal Raúl es muy importante. Aunque tuve otros maestros, con él guardo un gran cariño y esta es una forma de agradecer”.

* La programación completa de Ítaca puede consultarse en Alternativa Teatral. 

Por Laura Gómez

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