Escribir sobre uno de los trabajos del director, dramaturgo y maestro Javier Daulte, a quien hace años que admiro, es un honor y un placer.
Fui a ver Luz Testigo mientras trabajábamos juntos en nuestra querida versión de Ella en mi cabeza, lo que aumentó mi expectativa por ver una obra de quien me estaba dirigiendo por primera vez.
Inmediatamente a entrar al Espacio Callejón se respira familia. Quedé maravillada con la libertad y honestidad con la que todos sus actores y actrices habitan la escena.
La obra, fundada en plena pandemia, tras eternos meses de aislamiento e incertidumbre, es preciosa.
Luz Testigo es Javier Daulte al cien por ciento. Una demostración de resiliencia, diversidad, aceptación y juego libre, con muy buen ritmo. Es cálida y profunda.
Nació de un concurso creado por Javier en 2020, cuando todo era impedimento, en el que le dio la oportunidad a un buen número de escritores a dar rienda suelta a su creatividad.
Resistiéndose al streaming, seleccionó cinco obras cortas que, con sincera y amorosa valoración, las amalgamó, las potenció y dirigió con maestría.
Luz Testigo habla del amor, los vínculos y las soledades. Y, sin nombrarlo, alude la transformación que produce el aislamiento.
Javier hace brillar a sus actores y actrices, haciendo fácil lo difícil, y demuestra que, con amor, la comunión existe y el teatro es una fiesta.
Por Florencia Raggi
Actúan: Ramiro Delgado, Luciana Grasso, Silvina Katz, Paula Manzone, Agustín Meneses, Marcelo Pozzi, William Prociuk, María Villar
Dirección: Javier Daulte
Miercoles 20:30hs en Espacio Callejon