Marco Canale y Javier Swedzsky suben al escenario del teatro Cervantes a 11 mujeres para que den testimonio de sus vidas, que también, son metáforas de la historia política argentina reciente.

¿Cómo referirse a una experiencia teatral cuya sustancia es la forma más acabada de la presencia material? ¿Cómo reseñar La Presencia? Los nacimientos de Marco Canale y Javier Swedszky logra poner en funcionamiento una maquinaria que alcanza el sueño de todas las obras: dejar de ser una elaborada fábula dramática y volverse reales (por eso la ficción obtura sus procedimientos técnicos, retóricos y expresivos).

Tres son los ejes que nuclean este espectáculo: una línea narrativa más bien clásica ( el viaje); una crítica histórico-social ( son 11 mujeres residentes o ex.residentes de la Villa 31 y sus testimonios) y su propio proceso de creación.

Rituales paganos dentro del ritual teatral.

Al comienzo dos mujeres están amasando unos bollos para una ceremonia del día de los muertos llamada tantawawas: es una invocación para que los espíritus regresen de visita a sus antiguos hogares. Las mujeres piden nombres al público de sus propios muertos, el público responde. El ritual se realiza. Pero la muerte no solo será puesta a resguardo por cultos paganos, si no que rasgará todos los testimonios que en forma directa o bien desde la pantalla horizontal del fondo se suceden con distintos procedimientos engarzados por un utópico viaje definitivo.

Los ensayos como obra.

La obra conserva en su desarrollo rasgos de su origen: un taller de teatro en la villa 31 que el director dictaba hace 7 años: las breves escenas se arman y desarman acumulando signos (algunos narrativos) que luego serán sancionados; los desplazamientos están muy cuidados de cerca por la dupla creadora, y hasta en ciertos momentos son el soporte de la memoria dramatúrgica de estas mujeres. Esto obliga a que cierta línea dramática evoque los momentos de creación y construcción de la obra, pero a diferencia de los pos/biodramas convencionales con su insistencia autorreferencial en buscar “los límites de la representación” (para finalmente devenir en un nuevo orden de representación), en Los nacimientos esto se presenta como necesario y de alto contenido poético.

La desterritorialización.

El capitalismo es un fuerte aparato de desterritorialización, distribución y represión (vía Los Estados). Aunque esto suene a un cliché discursivo sobre lo contemporáneo ver concretamente esos efectos tiene realmente una dimensión mucho menos obvia.  Los documentos y anécdotas que muestra la obra sobre la villa 31 da cuenta de que su historia es contar de otra forma la Historia política-económica de este país; el origen de este asentamiento arranca en los años 30´ con una población inmigrante coincidiendo con el primer golpe de Estado, en los 70 con la muerte de militantes desvencijados en la calle (uno de ellos el Padre Mujica), las topadoras de los militares que entraban sin avisar como los del gobierno menemista. En esos rectángulos de Retiro se ha concentrado todas las tragedias del siglo anterior.

Para la percepción pequeño-burguesa que se superpone a La Percepción en términos uniformes, las villas miserias son la otredad absoluta: laberintos irregulares de cumbia y violencia, entre disparos, muertes a traición por una deuda impaga y la precariedad como vaho (efecto de sentido de los aparatos de representación). Y es realmente imposible pensar lo otro porque desconocemos sus lógicas, sus costumbres y sus afectos, o porque el andamiaje epistemológico  encuentra un límite en sí mismo (y también porque estos territorios son estigmatizados desde vías discursivas múltiples como ejes del mal sin discusión). Entiendo que lo superador de la experiencia de Los nacimientos es la proximidad brutal con “eso”. Cada uno de los testimonios de estas mujeres en primeros planos (elemento clave del cine que juega un rol escencial), donde todo ese dolor surca todas líneas de expresión,  parece provenir de una zona lejana pero hacia el interior del cuerpo y la memoria. El dolor está en el contenido pero también en la cadencia y en el delicado volumen como polvo que se levanta por una pisada lenta. Estas historias donde los cuerpos son descartables, donde el derecho a la existencia fue arrebatado, donde el poder muestra su cara más demente no admiten ninguna réplica: son la presencia de la otredad absoluta que enmudece por su materialidad, una materialidad cargada de espíritu.

Los nacimientos construye algo que desborda “los posibles” del arte teatral

Los nacimientos.

TEATRO NACIONAL CERVANTES

Libertad 815

Entrada: $ 900,00 - Domingo, Jueves, Viernes y Sábado - 20:00 hs - Hasta el 12/02/2023

Autoría y dirección: Marco Canale, Javier Swedszky

Intérpretes: Marco Canale, Ramona Escalante, Adelaida Franco, Marta Giménez, Marta Huarachi, Candelaria Ospina, Roberta Reloj, María Rojas, Paula Severi, Flora Solano, Beatriz Spitta, Javier Swedzky, Francisca Vedia