El bip de las máquinas que monitorean los signos vitales marca el compás de las largas jornadas en un centro de cuidados paliativos. Dos enfermeras realizan rondas, dan inyecciones y anotan en la planilla los “rescates”. Deambulan entre la vida y la muerte, entre el sueño de un trabajo digno y la realidad de una subsistencia desgastante. Ese día, un error las atrapa en la espiral de la fatalidad.  

Una brillante comedia negra con un trío de actrices notables. Macarena García Lenzi, dramaturga y directora de Mis cosas preferidas y Sangre de mi sangre (que llevó al cine como Piedra, papel o tijera), elige acá el mundo de la salud y su cruzada de reclamos gremiales para construir una historia de humor desopilante con leve tinte policial. Suelta, de paso, unas cuantas verdades sobre esta profesión: salarios bajos, trabajos múltiples, falta de reconocimiento. 

Hay un uso ingenioso del espacio escénico ya que parte de la acción transcurre detrás de las cortinas de las habitaciones de los pacientes y se sugiere a través de las sombras y las voces.  

El trío de actrices se luce por igual bajo la acertada dirección de García Lenzi. Los trabajos de Karina Elsztein, Valeria Giorcelli y Noelia Prieto son, sin duda, uno de los pilares de la propuesta. Encuentran el tono justo para sostener la comicidad sin exagerar. Suma además que los personajes están bien construidos, con capas y dimensión.  

Las enfermeras consuelan a los pacientes que aguardan en vano una visita de sus hijos o nietos, los atienden a la hora indicada, les celebran el cumpleaños, les cantan las canciones de la infancia. Apenas una tela separa la vida y la muerte, la vida personal del enfermo y la de las personas que dan servicio. Una tela que a veces se cruza. Todo es una espera en ese limbo que también es laboral.    

Sabado a las 20:00hs en El Camarín de las Musas, Mario Bravo 960

Dramaturgia y Dirección: Macarena García Lenzi

Intérpretes: Karina Elsztein, Valeria Giorcelli, Noelia Prieto.