(Des)haciendo una nación
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Teatro - Notas

(Des)haciendo una nación

Por Agustina Trupia

7 de junio de 2024

Proyecto patria: cartas desde el exilio, escrita y dirigida por Santiago Lasarte, en un mismo gesto, relee a Copi y a la coyuntura del país. Desde la extrañeza y el travestismo, en tanto confluencia de distintos elementos que se trastocan y desplazan, construye una relación corrida con la realidad que nos interpela.

Sobre el escenario del teatro El Grito, una gran cantidad de neumáticos de automóvil cubre el espacio. Se encuentran esparcidos y en distintas posiciones: ya desde esta primera instancia, en la espera del comienzo, surge el desconcierto y la extrañeza. A medida que avanza la obra los elementos discursivos, movimientos, situaciones y descripciones que se presentan como anómalos filtran sensaciones y sentidos que no resultan distantes. Como si hubiera algo de eso que ocurre sobre el escenario, pero nos cuesta poner en palabras, que nuestro inconsciente colectivo y cuerpos conocieran muy bien.

Santiago Lasarte es el dramaturgo y director de Proyecto patria: cartas desde el exilio obra que formó parte de las muestras de fin de año de la tecnicatura superior en Puesta en escena de la Escuela Metropolitana de Arte Dramático (EMAD) en 2023. Esta pieza realiza una reescritura de “El uruguayo”, la primera novela de Copi publicada por Christian Bourgois Éditeur en 1972, y que fuera “escrito en francés, pero pensado en uruguayo”, como dice su autor. La relación entre la obra y este relato queda evidenciada en la llegada que hace Mosqui, personaje encarnado por Fabio Mosquito Sancineto, junto a su perro Lambetta, llevado adelante por Emiliano Figueredo, a una tierra desconocida donde inicia su exilio desde Francia. Figueredo realiza con gran habilidad otros personajes.

La “tierra lejana” a la que se llega es Mar del Plata y la desintegración del territorio, en el contexto actual de producción, remite a otras limitaciones y acciones destructivas.

El trabajo dramatúrgico y de dirección tiene la lucidez de llevar a escena el fantástico texto de Copi para hacerlo hablar de otras cosas. Se construye así un espacio entre lo concreto y lo imaginario, azotado por devenires turbulentos que llevan a Mosqui a interactuar con distintos personajes con los que se va encontrando. Mantiene, a distancia -tal como proponía el texto de Copi- un vínculo epistolar con la Maestra, quien está en Francia. Así, el personaje interpretado por Laura Manzini acompaña, desde un lugar lejano, el acontecer de los hechos. Ese intercambio de cartas narradas es central en el vínculo entre los personajes: organiza la distancia y las acciones en escena.

Otra de las virtudes de la puesta es la imbricación de poéticas: junto a los momentos cómicos y trágicos, también se hacen presentes instancias musicales llevadas adelante por Manzini. Las canciones, cercanas al universo del tango y del teatro musical, funcionan de manera integrada y ofrecen un espacio para el despliegue de su virtuosismo. Esto es acompañado por el vestuario que presenta una acumulación de retazos, colores y fracciones que van en sintonía con la obra. También la iluminación opera con precisión y genera espacios lumínicos para que ocurra cada una de las instancias.

Proyecto patria: cartas desde el exilio tematiza la distancia cultural, idiomática, experiencial que se produce en ese desplazamiento. Mosqui debe enfrentar el nuevo entorno donde se encuentra y armar ahí un nuevo hogar. Lo que ocurre entonces excede sus proyectos vitales y, al modo de una catarata sin pausa en el que está también escrito “El uruguayo”, se van sucediendo los hechos más inesperados y sorprendentes. Sin embargo, hay algo de esa extrañeza, de ese mundo que comienza a desaparecer, de la ubicación en coordenadas que se modifican a gran velocidad que permite que conectemos de manera íntima con lo representado.

En definitiva, en la obra de Lasarte hay un travestismo de la lengua materna del personaje de Sancineto y de los conceptos de realidad y lenguaje que se entremezclan generando mundos. El trabajo en conjunto que se ve sobre el escenario es preciso y carga con una gran sensibilidad. La obra presenta un viaje por tierras que aparecen como desconocidas, pero que tienen bastante que ver con nuestra realidad, con la idea de nación y con los disparates que parecen signar este tiempo que atravesamos.

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