Tan admirable como hacer buen teatro durante 40 años
Sección Teatro - Revista Llegás
Teatro - Reseñas

Tan admirable como hacer buen teatro durante 40 años

14 de julio de 2025

Los clásicos teatrales tienen ese “no sé qué”, ese aura que invita a revisitarlos. El Grupo Génesis lo viene haciendo desde hace 40 años y ahora encaró un nuevo desafío con trabajo, artesanía y mucho dinamismo en su puesta de El Avaro, obra escrita en 1668 por el dramaturgo francés Jean Baptiste Poquelin, más conocido como Molière. Alberto Madin –miembro fundador junto a Fernando Calvo, Esther Scuderi y Luis Rossi– es quien se ocupó de la adaptación, la dirección y la puesta en escena. Él es el único fundador activo y define a Génesis como “un grupo de trabajo y creación que me atravesó la vida”.

Madin se inició en la disciplina teatral a los 16 años, la compañía es parte esencial de su biografía y por eso le dedica todo su esfuerzo. Fundado hace 40 años, el grupo fue configurándose como un espacio de encuentro para varias generaciones de artistas. “Mis compañeros fundadores ya no están en este plano, así que quedé yo para defender la posta. A través del tiempo se han ido sumando muchos actores y actrices. En este caso, Daniel Di Rubba (protagonista) es un gran soporte del espectáculo porque empezamos a trabajar juntos hace muchísimos años, cuando todavía quedaban otros dos fundadores. También quiero mencionar a Rubén Noceda y Rubén Otero como pilares fundamentales del grupo. Mi trabajo es dirigir los espectáculos, diseñarlos, armarlos; ellos hacen toda la otra parte: actuar y poner el hombro en esto que es tan difícil”, cuenta el director a LLEGÁS.

Di Rubba interpreta a Harpagón, el hombre obsesionado con el dinero que –por avaricia– desatiende aspectos trascendentales de la existencia humana: el amor, la amistad, la paternidad, la fraternidad con sus prójimos. En la introducción, Anselme destaca la fascinación de Molière por la comedia clásica y los comediantes italianos. Esta versión pone el acento en esa dimensión y exprime toda la gracia del relato. El Avaro vuelve sobre cuestiones fundamentales y explora la condición humana a través de enredos amorosos, chismes, delaciones, peleas, sorpresas variopintas e informaciones cruzadas.

El elenco da vida a sus criaturas con gracia. La escenografía y el vestuario tienen el carácter artesanal distintivo del teatro independiente, y ahí es donde aparece el ingenio: unas cuántas telas colgadas funcionarán como paredes y, al caer, develarán a los espías que observan escenitas ajenas desde la comodidad del voyeur; los vestuarios coloridos (con volados vaporosos) y las pelucas haciendo juego remiten a ese espíritu de la comedia francesa que tenemos tan visto en los clásicos montados por el mundo o en las películas que retratan la época. Se recomienda el film Las aventuras amorosas del joven Moliére (Laurent Tirard) que, entre otras cosas, retrata con mucha belleza el amor por el teatro.

Consultado sobre el valor de los clásicos, Madin dice: “Yo me crié viendo grandes autores. Creo que los clásicos tienen mucho para ofrecer desde el punto de vista intelectual, una profundidad que, si uno la puede ver, es posible trabajarla y mostrarla al público para que los espectadores puedan pensar algo después de la función. A mí me gusta la comedia inteligente”. El trabajo de adaptación es un desafío porque son obras complejas, con varios actos y bastante extensas. En el siglo XVII, el público comía en el teatro y había intermedios musicales; hoy, en cambio, vivimos una época con déficit de atención. Madin optó por mantener el español castizo –una decisión arriesgada– y aunque los actores podrían haberse enredado en esas florituras, en líneas generales salen airosos.

El director sostiene que es fundamental “respetar el espíritu del original y conocer la vida de los autores, la época en la que vivieron”, y también asegura que la vida sería terrible sin proyectos, así que el grupo siempre tiene varios en vista y trata de cumplir esas quimeras. En relación a la propuesta de Di Rubba de reponer esta versión, Madin dijo que sí de inmediato pero con la idea de hacer algo distinto: “Yo creo que el teatro es eso: hacer siempre lo mismo pero diferente. En este tiempo hemos crecido los dos y nuestro trabajo es diferente aunque la obra sea la misma. Pueden variar las formas pero hay conflictos irresueltos que siguen vigentes. Por eso me encanta hacer clásicos. Son tan profundos y tan amplios que siguen hablando de las conductas humanas. Molière era un gran autor y un gran humanista”.

Foto: Marina Caputo y Sol Levinas

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EL AVARO
Actúan: Alberto Alburquerque, Ariel Arroyo, Leandro Caccia, Daniel Di Rubba, Rocío Estévez, Alejandra Figueras, Rubén Noceda, Ernesto Ocampo, Rubén Otero y Micaela Ventoso.
Dramaturgia: Molière
Dirección: Alberto Madin

MUY TEATRO
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