El Área de Gestión de Público del Teatro Nacional Cervantes tiene como objetivo llevar adelante acciones que promuevan y sostengan la asistencia del público frecuente, como así también, desarrollar estrategias de accesibilidad para aquel público que, por alguna razón -social- ha quedado segregado del acceso al consumo cultural de este hecho artístico. Para este último fin, bajo una concepción social de la discapacidad, Sonia Jaroslavsky y Brenda Lucía Carlini, coordinan el programa TNC Accesible el cual, desde el 2018, se fue equipando para generar instancias de mediación y accesibilidad para personas con discapacidad visual y auditiva. Una de las puntas más fuertes de este programa es el proyecto Escena visual accesible cuyo objetivo es facilitar la expectación teatral a aquellas personas con algún tipo de discapacidad auditiva.

Actualmente, contemplando un sentido federal, Escena visual accesible se conforma por diez obras del ciclo “Nuestro teatro”, disponible en el canal del Cervantes on line (bajo el título “LSA Nuestro teatro”).  Las mismas cuentan la mediación de subtítulos del texto dramático y descripciones de los elementos sonoros de la puesta en escena. Asimismo, en las obras participan actores y actrices señantes sordos y oyentes quienes, de manera paralela, interpretan gestualmente y en LSA a los personajes de la versión original con toma de rol, vestuario, utilería y, en ocasiones, iluminación. En el caso de estas obras presentadas en formato audiovisual, la pantalla se divide en dos o en tres partes para una mayor visualización del personaje señante. Lo novedoso de esta experiencia es que la persona señante no es solo un recuadro que se agrega de manera adyacente y secundaria a la escena, sino que es conformativa de la misma y, de manera intertextual, se produce una nueva puesta con más elementos: así lo determina el hecho de poner en el mismo plano a la actriz o actor de la obra original y a quien interpreta con su dramaturgia corporal y LSA. 

Por lo expuesto, el proyecto dirigido por Gabriela Bianco, en el marco del TNC Accesible, opera en dos planos: por un lado, cumple con el principal objetivo del programa de ampliar derechos para una comunidad que, tradicionalmente, quedó relegada a la experiencia de la expectación teatral. Y, por otro lado, opera como laboratorio escénico visual para generar nuevas poéticas. 

La importancia del proyecto TNC Accesible, en general, y de Escena visual accesible, en particular, es fundamental para interrumpir aquellos modos de expectación “naturalizados” por la cultura mayoritaria. Quienes sabemos de las barreras con las que cotidianamente las personas con algún tipo de discapacidad deben lidiar y para quienes tenemos la posibilidad de la escucha, el grito de una poética accesible, es tan ensordecedor, que duele a quien la mira.

Hoy en día, el TNC lleva adelante un programa de vanguardia destinado a una comunidad minoritaria que, hacia el 2019, representaba solo 2,2% del público asistente y, en la actualidad, representa el 38%. Según explica Brenda Lucía Carliní en la charla “Discapacidad y Acceso a la Cultura” (disponible en el canal de YouTube: Cervantes online), de este porcentaje, el 22% corresponde a la comunidad sorda, siendo el dato más sensible el hecho que el 54% de estas personas, asistió por primera vez a un espectáculo teatral a partir del proyecto mencionado. Por lo que, esperemos la experiencia continúe siendo multiplicada en el mismo teatro y sea replicada con más fuerza también en el campo cultural independiente.

Por Mina Bevacqua