Una experiencia monstruosa
Pocas películas se han propuesto trascender su género, muchas menos lo han logrado. Muere, monstruo, muere la segunda película de Alejandro Fadel es la excepción, o la singularidad a la regla ( la primera fue Los salvajes [2009], también fue coguionista de Leonera y Elefante blanco, ambas de Pablo Trapero). Mezcla de terror, de policial y de viaje hipnótico, Muere, monstruo, muere es un viaje audiovisual de excelentísima factura técnica.
En el crudo invierno de los Andes mendocinos, una patrulla de policías rurales investiga una serie de asesinatos. Los policías encuentran varias mujeres decapitadas. El oficial Cruz (el debutante Víctor López lleva con soltura el personaje) investiga los cuerpos mutilados y se deja llevar por su intuición en el extraño caso. David (Esteban Bigliardi) que escucha voces que parecen ser del monstruo, oculta las evidencias, funciona como un enviado del mal, de la bestia, de lo temible. David es encerrado en un neuropsiquiátrico mientras su mujer Francisca (Tania Casciani) mantiene una relación amorosa con Cruz. El capitán, jefe de la patrulla (el actor Jorge Prado le impone al personaje la intensidad necesaria para atraer la atención del espectador en cada plano, por momentos nos recuerda al Nosferatu de Murnau) y aunque conoce la relación que mantienen Cruz y Francisca, solo le importa la investigación.
La película dialoga con algunos maestros del cine como David Lynch, John Carpenter, Jacques Tourneur y Andrzej Zulawski. Se destaca la fotografía gracias al trabajo de Julián Apezteguía y Manuel Rebella, así como el diseño de sonido a cargo de Santiago Fumagalli. Claramente a su director le interesa la mezcla de géneros, plantea un thriller, con herramientas del terror pero no deja de lado al fantástico y nos transporta a una zona de indiscernibilidad lynchiana. Todo esto da una película visualmente potente, con un argumento atrapante, actuaciones intensas, un clima agobiante, en el marco de los Andes nevados. Muere, monstruo, muere es una de esas películas nacionales atípicas, en las que se combina calidad técnica, originalidad y sensibilidad hacia un espectador ávido de experiencias audiovisuales singulares.
Por Yamil Chadad
Muere, monstruo, muere (Argentina-Francia-Chile/2018) / Guión y dirección: Alejandro Fadel / Fotografía: Julián Apezteguía y Manuel Rebella / Música: Alex Nante / Edición: Andrés Estrada / Elenco: Víctor López, Esteban Bigliardi, Tania Casciani, Jorge Prado, Romina Iniesta / Distribuidora: Maco Cine / Duración: 103 minutos