Sobre PRIMARIO, pequeño e impecable documental de Nazareno Guerra

Algunos recuerdan su paso por la escuela secundaria, porque la adolescencia siempre está más cerca en el tiempo. Los más memoriosos también mantienen vivo el recuerdo de su paso por las aulas de la escuela primaria, quizás porque tienen la infancia a flor de piel o porque ven en la infancia la fuente de su vida entera. Lo que sí todos conservamos en la memoria, sin excepción,  es la época en la cual fuimos a la escuela, la época como símbolo generacional y la época por sus circunstancias históricas. En el caso de Nazareno Guerra, su paso por la escuela primaria se desarrolló entre 1989 y 1995, los años del primer gobierno de Carlos Menem al frente de la Presidencia de la Nación. Y ese paso tuvo lugar en una escuela parroquial de la ciudad de Buenos Aires, que por las coordenadas que brinda su madre era un barrio de la más rancia clase media. Hacia 2018, por sus íntimas convicciones, Nazareno Guerra se propone definir el resultado de su primera educación: por un lado con PRIMARIO, el documental al que nos referimos en esta nota, y por el otro, con la apostasía a la fe católica.

PRIMARIO, este documental pequeño e impecable, en su primera visión pareciera ser impreciso respecto de ciertos temas, pero sin embargo resulta muy riguroso porque no ahonda en detalles, porque no indica una única vía de análisis, y porque le sugiere al espectador que revise su propia memoria a la hora de recordar aquellos años. Porque PRIMARIO no plantea revisionismo alguno acerca del neoliberalismo como doctrina política que como sistema económico, de las “relaciones carnales” con los Estados Unidos que marcaron la mirada del mundo hacia la Argentina, o del alineamiento más estratégico que espiritual con el Vaticano que le permitió a la Iglesia conservar un poder menguante, cuya mengua hoy es tan clara. Lo que plantea PRIMARIO es la observación de cómo impactan los hechos públicos en la vida privada de los individuos, en este caso un niño en la etapa de su formación académica y en la de la formación de su personalidad. Por eso resultan tan simplemente demoledoras las razones de los padres de Nazareno para haber elegido esa escuela para la educación de su hijo. ¿Son propias las razones de los padres a la hora de decidir qué clase de formación ción habrán de tener los hijos? Ahí es donde PRIMARIO obliga al espectador a tomar partido, no porque quiera que el espectador adscriba a su posición tomada, sino para que la historia común no se repita, al menos de la misma manera. 

Estreno Martes 2 de Marzo a traves de Cine.ar