Lucha de clases con código abierto
Sección Cine y series - Revista Llegás
Cine y series - Reseñas

Lucha de clases con código abierto

por Juan Pablo Susel

14 de julio de 2025

El nuevo cine argentino que a finales del siglo XX surgió con la potencia de lo nuevo siempre se destacó por poner sobre la mesa las tensiones de clase que modelaban a la Argentina neoliberal que gobernaba Carlos Saúl Menem.  Diversas películas como Pizza, Birra y faso, Bolivia y Mundo Grúa mostraban a gente común sobreviviendo en los días del ocaso de la convertibilidad. Ese espíritu contestatario se sostuvo en los primeros años del movimiento pero luego la centralidad de ese cine derivó en tramas que se corrían de esa problemática para adentrarse en un mundo principalmente urbano y de clase media. En los últimos años algunas películas vuelven a conectar con el universo de las clases trabajadoras quizás porque los signos epocales se parecen bastante a los de finales de la década del noventa.

Todas las fuerzas, segunda película de Luciana Piantanida pone sus ojos en Marlene (Celia Santos), una inmigrante boliviana que ocupa sus días entre su labor de cuidadora de Teresa, una mujer mayor y la búsqueda de una amiga (extranjera como ella) que se encuentra desaparecida. Piantanida posa su mirada de modo agudo en las diferencias y maltrato de clase que sufre Marlene en su vínculo con Betina (Andrea Garrote) la hija de la mujer a la que cuida. En esas interacciones entre Marlene y su empleadora se observan todos los prejuicios de clase que sufren muchos inmigrantes a lo largo de su vida laboral. Piantanida reparte el tiempo narrativo entre ese espacio en donde la opresión que sufre la protagonista se observa en el trato sutilmente despectivo en relación a lo que Marlene hace o deja de hacer en relación a Teresa y el rol que la propia Marlene desarrolla en tanto detective improvisada dedicada a encontrar a su amiga. Marlene pareciera encontrar su lugar en el mundo asumiendo el rol de una extraña detective pero lo más interesante es que la directora siempre está reflejando a la misma persona sin importar el oficio que esta lleve a cabo. La clave de la película es la utilización del realismo mágico para darle entidad y respiro a un relato que si no tuviera al alcance de la mano la válvula de escape de la fantasía seria sencillamente irrespirable.

La opresión que sufre la protagonista en el mundo real es reparada al menos simbólicamente con los superpoderes que la propia Marlene tiene. Marlene es una especie de superheroína suburbana que tiene el poder de volar. De alguna manera, la posibilidad de esa conversión representa la posibilidad de alcanzar la libertad, al menos en el plano de la utopía.

Piantanida utiliza el poder de los géneros cinematográficos para no cargar las tintas con la historia que se trae entre manos. De esta manera aparece el elemento fantástico en un relato que, a simple vista, remitiría a una película que describe de modo intimista diferentes padecimientos siempre orbitando en relación a una mirada femenina y bien personal. Todas las fuerzas nunca cae en el peligro de un costumbrismo excesivo que remarque excesivamente desde lo discursivo u opresivo de los contextos que la trama recorre. Si bien por momentos sentimos el agobio que padece Marlene, tanto en su rol de personal doméstico como cuando ejerce de modo amateur el arte detectivesco, también hay momentos de conexión epifánica con nosotros, los espectadores. Sobre el final nuestra heroína habla con Teresa luego de que ella sufra una caída que a ojos de su hija se produjo debido a un descuido de Marlene. Hablan de la muerte o, mejor dicho, del temor a la muerte. Sin dudas, la relación que las protagonistas de la historia establecen con la muerte y el dolor es uno de los ejes centrales del film de Piantanida pero lo que hace a Todas las fuerzas una experiencia singular en el cine argentino contemporáneo es la posibilidad de pensar el realismo social desde las posibilidades del género fantástico. La posibilidad de evasión de Marlene que puede escapar por medio de sus poderes de una realidad opresiva y asfixiante no puede pensarse por fuera de la idea de justicia poética. Esos poderes sobrenaturales que poseen algunos de los personajes femeninos del film de Piantanida (atravesar puertas, mover objetos a voluntad, desarrollar la telekinesis) son el complemento de tener una mirada empática y de solidaridad con esas mujeres que padecen el martirio de diferentes clases de violencia que la sociedad patriarcal replica todo el tiempo. 

Todas las fuerzas funciona como un ejercicio piadoso que, en su simpleza, no deja indiferente a nadie y retoma las huellas de ese cine argentino que se hizo fuerte narrando un mundo conflictivo y a la vez liberador.

TODAS LAS FUERZAS
Drama, fantástico, Argentina + Perú, 2025. Ganadora Mejor Largometraje - Competencia Argentina - BAFICI 2025.
70 minutos.

Dirección y guión: Luciana Piantanida
Fotografía: Gustavo Schiaffino
Música: Karin Zielinski
Edición: Lorena Moriconi
Elenco: Celia Santos, Silvina Sabater, Andrea Garrote, Sandra Chávez Ordoñez, Sadhit Cruzado Crispin, Gabriela Trejo Farfán, Marina Espejo Choque y Victoria Choque Callata.

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