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Cine y series

20 años no son nada: 76/89/23

por: Juan Pablo Susel

10 de diciembre de 2025

20 años no son nada: 76/89/23 por Juan Pablo Susel

A finales de la década del 90 el cine argentino vivió un proceso de transformación que quedo en la memoria cinéfila como nuevo cine argentino. Surgieron en un muy breve lapso de tiempo una serie de películas que documentaban la realidad del menemismo y sus políticas de ajuste neoliberal y como estas impactaron en la sociedad argentina de aquel entonces. Entre esas películas fundacionales se encuentran Pizza, birra y faso (Caetano y Stagnaro), Bolivia (Caetano), La ciénaga (Martel) y Mundo Grúa (Trapero). Estas películas realizadas en la más radical independencia tenían un acercamiento a la marginalidad, la desocupación, el racismo, la discriminación y el vacío existencial de una manera que el cine nacional no mostraba en términos programáticos desde comienzos de la década del 70. Ese ciclo que de alguna manera cerro Soñar Soñar de Leonardo Favio justo en los albores de la dictadura se reabriría recién más de dos décadas después cuando los sueños húmedos de la Argentina menemista terminaban de volar por los aires. Dentro del panorama disruptivo de lo que en ese momento era el cine argentino en el año 2000 se estrenó 76/80/03 que vendría a ser un artefacto disruptivo inclusive dentro de la lógica rupturista que representaba el cine argentino de aquel entonces. La película dirigida por Cristian Bernard y Flavio Nardini en un sentido significo una continuación temática y estética respecto al canon que el nuevo cine argentino representaba desde el estreno de Pizza, birra y faso pero por otro lado la película fue mal interpretada como una apología a cierto ideario conservador y misógino del cual los tres protagonistas masculinos eran representantes. Esa lectura errónea le atribuía a los creadores del film los deseos y acciones de sus protagonistas cuando en realidad la película de Bernard y Nardini funcionaba como el reflejo de una época en la que el imperativo del sálvese quien pueda se hacía carne en la subjetividad de los actores sociales que sobrevivían como podían en el contexto de un país hiperinflacionario y al que la última dictadura cívico militar le había dejado unas secuelas simbólicas y materiales que se observaban en la explicitación de una mirada racista, misógina y sexista que la película no tenía ningún prurito en revelar en su más extrema crudeza. Lo que en algunas películas como Pizza, birra y faso y Bolivia se metabolizaba por medio de la documentación de esa realidad cruda en 76/89/03 salía a la luz por medio de un grotesco extremo mixturado con referencias cinéfilas que iban del Scorsese de “Después de hora” hasta “Los inútiles” de Fellini. El documental de Federico Benoit con maestría da cuenta de lo que significó el film de Bernard y Nardini en el momento de su estreno pero su campo de interés se expande hacia otra serie de cuestiones que no hacen más que potenciar la dimensión simbólica que este film represento en el momento de su estreno. Benoit problematiza la cuestión de la recepción del film instalando un debate por demás interesante que tiene que ver con cómo la película fue recepcionada por la crítica.

Haciendo foco en la recepción que 76/89/03 tuvo en la revista “El amante” los protagonistas del film piensan en el poder que implico la mirada crítica a la hora de juzgar su trabajo. Los principales cuestionamientos al film tenían que ver con lo que los personajes de la película explicitaban acerca de una serie de cuestiones que orbitaban en el plano político y en el sexual pero lo que los personajes decían debía pensarse en el proceso de precarización material y simbólica al que eran sometidos los protagonistas del film. El documental de Benoit se destaca al explicitar su mirada acerca de las interpretaciones que la película pudo generar. Veinte años después de dada la polémica los críticos de “El amante” que cuestionaron 76/89/03 se encuentran a la derecha del arco político sin que nadie pueda dudar en el mas mínimo sentido acerca de esta afirmación. Benoit piensa la relación y los puntos de conexión y de distancia de 76/89/03 respecto a ese cine argentino que a fines de siglo surgió renovando los modos de realización cinematográfica. Luego de estas primeras poderosas películas que denotaban una potencia singular en relación al universo a relatar el mismo cine argentino se ameseto encontrando cobijo en un tipo de cine intimista y de pequeñas historias en donde muchas veces pasaba poco en términos narrativos. Sin remarcar demasiado las tintas sobre esas películas y sus intereses temáticos Benoit remarca la distancia que la película de Bernard y Nardini tuvo con ese cine en donde el conflicto pareciera reducirse a su mínima expresión. El otro punto fuerte del film de Benoit es la reflexión que se ejerce sobre el presente. Si los protagonistas del original son las víctimas de la dictadura y el menemismo este presente gobernado por la extrema derecha es la conclusión lógica de esa política de exterminio que el estado argentino llevo a cabo para con sus sectores populares. La risa dionisiaca de esos tres amigos entonces es el antídoto perfecto frente a la pacateria y vulgaridad de un mundo que busca aniquilar por medio de la solemnidad la posibilidad de imaginar nuevas realidades. Benoit logro la proeza de visibilizar una de las grandes películas argentinas del siglo XXI, una película que no debería pasar de largo en ninguna retrospectiva que dé cuenta de esos ( y estos) tiempos de ignominia y resistencia.

76/89/23 (Argentina 2025).

Dirección Federico Benoit.

Intérpretes: Gerardo Chendo, Sergio Baldini, Diego Mackenzie, Claudio Rissi, Luis Albornoz, Sol Alac, Laura Melnizki, Martin Slipak, Cristian Bernard, Flavio Nardini, Fernando Martin Peña, Guillermo Hernández, Sebastián Tabany.

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