Dysphoria Mundi
Sección Letras - Revista Llegás
Letras

Dysphoria Mundi

29 de noviembre de 2022

En cada nueva publicación el teórico queer Paul Preciado siempre está proclamando una revuelta, una revolución inminente. Tanto Manifiesto contrasexual, Testo-yonkie, Terror Anal y Yo soy el monstruo que os habla, focalizan en alguna dimensión del Hetero-patriarcado-binario ( el dispositivo de la sexualidad, la subjetividad como constructo químico, la reorganización del cuerpo heterosexual, lo disciplinario y patologizante del psicoanálisis) exponiendo sus estructuras arbitrarias para hacerlas implosionar. Dysphoria Mundi tiene un objetivo mucho más ambicioso. En sus más de 500 páginas escritas durante el confinamiento Preciado propone una mutación  epistemológica total: “ Propongo aquí  desplazar la noción de sujeto político, ficción dominante de la modernidad patriarcal y colonial (…) y comenzar a pensar en los diferentes procesos a través de los que un cuerpo vivo puede convertirse en simbionte político”, “Por ello, la hipótesis revolución moviliza conjuntamente las fuerzas de la ecología política, del feminismo, de las políticas queer y trans, del antirracismo y de la lucha cibernética imaginando un nuevo agenciamiento crítico que sobrepasa al mismo tiempo las políticas de identidad, el Estado-Nación y las retóricas del individualismo neoliberal”.

Adentrarse en este libro mutante nos retrotrae a una reciente experiencia compartida a escala planetaria: tuvimos una pandemia, atravesamos una cuarentena. Inevitablemente Dysphoria Mundi obligará al lector a recordar su época de confinamiento ( y también a sucesos como el incendio en Notre-Dame y la invasión a Ucrania). Preciado intercala sus páginas más teóricas (donde se sirve de Foucault, Burroughs, Haraway y Gunter Anders, entre otros) con una bitácora de su propio encierro y su convivencia involuntaria con el Covid. Cuando las ansias de la revolución en ciernes se asordinan un poco somos invitadxs a conocer la intimidad de este filósofo que le escribe una carta a una ex pero que finalmente no envía, luego los chats que mantuvo con ella y las gramáticas del desamor y sus interminables mudanzas. Preciado logra pensar su transcurrir cotidiano como un campo de fuerzas donde los conceptos se aparean con lo afectivo revelando la maquinaria que produce la realidad. ¿Y no es acaso ese el fin último de la teoría?

Parafraseando a Marx : “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de disforizarloqueerizarlo”. Dysphoria mundi es un llamamiento (en el sentido del comité invisible Tiquun) contra los electrodos de la metrópolis imperial, es la caja donde se transportan los fusiles para defender formas de existencia insurrecionales y disidentes, es una apuesta para terminar de desestabilizar un mundo que viaja en un tren bala sin conductor. “Este descentramiento anuncia ya la posibilidad de una mutación de la percepción en la que la destrucción del planeta, la política de la guerra, la opresión racial, de género y sexual se conviertan en eventos éticos perceptibles y, por tanto, insoportables, tan insoportables como nos resultan hoy los rituales caníbales o la quema de brujas en la Inquisición (…) Lo primero que el poder extrae, modifica y destruye es nuestra capacidad de desear el cambio (…) ¿Seremos capaces de desear de otra manera?”

Juan Ignacio Crespo Autor
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