“Durante los dos primeros meses de la pandemia estuvimos de duelo. Decidimos no arrebatarnos ni salir a adaptarnos a un formato virtual que no nos resultaba genuino cuando lo que sí nos resultaba así era duelar lo que estaba sucediendo. Ese proceso de duelo fue tan importante que un buen día, en mayo del año pasado, nos cayó como de maduro que no sabíamos cuánto tiempo transcurriríamos así y había que, en principio, armar animaciones virtuales. Lo que estábamos acostumbrados a ser ya no era, y entonces nos arremangamos y nos pusimos a trabajar con la ilusión de traspasar las pantallas. Trabajando con la imaginación, la fantasía y la creatividad, nuestros pilares de siempre, pero también con miedo. La primera respuesta que nos dábamos a nosotres mismos era: no se va a poder… ¡Éramos anti pantallas! El desafío fue inventar y encontrar nuestra propia forma de jugar a través de la pantalla. Y así, y hoy más que nunca, jugamos con lo que hay: hoy hay casas y pantallas. Y aprendimos a jugar con eso”, dice Elisa López Oroño, psicóloga, actriz, cantante, co-fundadora y alma gestora de Valor Vereda.
Valor Vereda es un grupo creativo dedicado a transformar los espacios convencionales a través del juego. Imaginación, fantasía y creatividad son los valores principales de la propuesta que en 2007 fundaron en un monoambiente en un barrio porteño, Elisa López Oroño, Diego Mazurok, Rodolfo Fernández Lisi y Guadalupe Colombo Paz, cuatro artistas que se habían conocido haciendo talleres de juego y creatividad para chicos y chicas. A (c
Colonia de Arte y Juego EN CASA
En Vacaciones de Invierno, Valor Vereda presenta un clásico que les acompaña casi desde los inicios: encuentros para compartir lecturas, actividades de arte, teatro y música, este año, como en el 2020, con una variable atenta a la emergencia sanitaria: en casa.
¿De qué se trata ? ¿Por qué una segunda ronda en la virtualidad cuando existen ya algunas opciones para la apertura?
Elisa: - Estas Vacaciones estamos presentando la temporada número 15 de la Colonia de Arte y Juego, algo que hacemos con mucho entusiasmo porque la Colonia es una fiesta; la temporada de Invierno es históricamente para Valor Vereda una fiesta, en realidad, pero este año, como el año pasado, es virtual. Y evaluamos mucho si hacerlo de esta manera, porque ya en marzo comenzamos, con todos los protocolos, a ofrecer Talleres de Juego presenciales y porque la temporada anterior habíamos realizado la Colonia virtual porque no había otra forma, pero ahora, con la posibilidad de elegir, elegimos volver a hacerlo así porque nos da mucha ilusión que sean más grupos en simultáneo, más artistas trabajando, más niñes jugando con nosotres y, especialmente, ya no sólo de la Ciudad de Buenos Aires sino de otras partes del país como las provincias de Santa Fe y Córdoba, y también más allá de las fronteras: de Chile, de Uruguay, de Colombia. Claro que en todos los grupos las vacantes son reducidas, pero hay una cantidad de pibis –y de adultos- y de materiales que comienzan a desplegarse que enriquecen mucho la propuesta y nos permiten jugar como nos gusta, ¡a lo grande!
¿Cómo es la metodología de esta Colonia? ¿De qué manera se organizan los grupos y a partir de qué edades pueden participar niños y niñas?
Elisa: - La Colonia se estructura a través de tres grupos: uno que es exclusivamente para quienes transitan Sala de 3, es importante que estén escolarizades, trabajamos con hasta 15 niñes y somos tres artistas velando por la artesanalidad y el cuidado de cada familia; el otro grupo es de Salas de 4 y 5, trabajamos en ese caso con 20 pibis y 4 artistas; y el último grupo, que está a cargo de Diego y de Pablo, es para los 1ero y 2do grados con hasta 25 niñes. Por la mañana, entre las 10 y las 11.30 horas, nos encontramos con los grupos “mayores” y a la hora de la siesta, de 14.15 a 15 horas, con la Sala de 3. En todos los casos, de lunes a viernes –una o dos semanas, a decisión de las familias-, y por la plataforma Zoom. El grupo de los más peques se complementa, además, con una serie de videos –que suelen ver en loop, con la ayuda de las familias, claro- para que puedan tener una llegada más autónoma a les artistas, los juegos teatrales y las consignas, de forma tal de facilitar la adaptación en un vínculo virtual.
El año pasado, una vez realizado el duelo del que nos hablabas al principio de esta charla, además de las animaciones virtuales y antes de los conversatorios para adultes que hicieron junto a Diego a través de VIVOS de Instagram, protagonizaste las Maratones de Lectura que tuvieron realmente mucho éxito y parecerían tener destino de clásicos de Valor Vereda. ¿Cómo surgió esa idea y qué significó?
Elisa: - Las Maratones de Lectura surgieron por una necesidad de acompañar lo que estaba sucediendo, acompañar a las madres y los padres que con toda la razón, como nosotres mismos, iban a estar colapsados en sus casas, angustiades, trabajando millones de horas en lo del afuera y en lo doméstico y estaba clarísimo que la pantalla iba a estar muy presente. Fue una necesidad particular mía de aportar algo, aunque fueran 7’ de contenido, para acompañarles. Gracias al universo fue algo que sentimos e hicimos montones de artistas y así no hubo 7’ sino millones de minutos poblados de contenidos para las infancias. En mi caso, totalmente movida por esa necesidad individual me senté en la habitación de mi hija y con mucho miedo, porque no sabía si estaba burlando derechos de autor, si las editoriales me iban a mandar una carta documento, ¡¿cómo era todo ese tema?!, terminé leyendo sostenidamente durante dos meses. Fueron 60 cuentos y llamados de las editoriales para enviar materiales, no cartas documentos. Fue el comienzo de otro vínculo también con las editoriales y así hoy organizamos con tres firmas distintas Maratones de Lectura que tienen una bellísima llegada a las casas y que fuimos coronando con otra acción que surgió espontáneamente, cuando se pudo abrir un poquito el encuentro, y que fue que quienes quisieran comprar los libros que las editoriales facilitaban para las Maratones pudieron hacerlo y yo los entregara en bicicleta, que es otra de mis pasiones. Eso generó el poder encontrarnos, otra vez, en la vereda, ahora de las casas, donde nos encontramos con los libros que encargan, los dibujos con los que nos esperan, lecturas improvisadas. Fue, es, muy emocionante.
Entre las distintas propuestas artísticas del universo Valor Vereda, una muy requerida siempre por quienes les siguen y reconocida además por la crítica con premios, por ejemplo, son los discos y los recitales de Valor Vereda. ¿En qué instancia se encuentra hoy la banda?
Elisa: - Seguimos trabajando Diego y yo junto a Leandro Matute en guitarra y Agustín Lumerman en batería, nos acompañan Fede en el sonido, Nacho Salerno en la técnica y también Hernán Crespo y Paco Cabral. Hoy tenemos dos shows virtuales grabados listos para ser vistos: Canciones para no tomar miedo y Chiribitiles en casa. Ambos tienen una duración aproximada de 25’ y los complementamos con una merienda lúdica con la banda, que dura también otros 25’, y que hacemos a posteriori del show para que exista un momento de encuentro sincrónico, poder conocernos, jugar de manera distendida.
¿Qué encontrás que ha cambiado, si es que algo cambió, con las infancias en este particularísimo último año y medio en el que, en el caso de Valor Vereda, sucedió, entre otro montón de cosas, tener que aprender a jugar también desde la pantalla?
Elisa: - Cuando comenzamos a aperturarnos nos encontramos con que los pibes y las pibas habían cambiado: su acercamiento lúdico cambió. Es tan receptivo, la receptividad es inusitada, al menos para estos catorce años de Valor Vereda. Hay una sed de encuentro y de juego muy a favor de la fantasía. Antes podíamos hablar de, quizás, toda una mitad poblacional que reaccionaba muy bien a nuestras propuestas pero otra que quería más estímulos. Hoy hay un 100% prácticamente ávido del juego con el chiste, con el gag, del hacer equipo, de aventurarse a una misión. Eso ha sido una gran sorpresa que nos llevó, por ejemplo, a querer realizar la Colonia de Arte y Juego virtual, otra vez.En cuanto a nosotros, hemos tenido que hacer ajustes de contenido y de técnica. Se necesitan más adultes en la virtualidad que en la presencialidad, por ejemplo, para poder tener la mirada exclusiva en cada pibi. Pero les niñes son niñes en todas partes del mundo. Y al menos desde nuestra experiencia, el abordaje del juego a través de la fantasía y de jugar por jugar tiene un impacto inmediato: en cualquier pibi y en cualquier parte del mundo, y ahora también puedo decir en cualquier formato.
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