En la sección Lado B ¿Qué hace la artista en su tiempo libre? Hoy se presenta Paula Farías para contarnos como es la vida sin detenerse y que el ocio estar en movimiento constante. Este sábado 10 se presenta con su espectáculo Improcrash en el Paseo La Plaza.
El ocio.. ¿Que es eso? Na… mentira… yo se que es pero no se practicarlo. Es como el beisbol, yo se que es un deporte pero ni idea como se juega.
Mi ocio es un ocio raro: proactivo. En mis momentos de ocio hago cosas sin obligación ni necesidad, pero “hago”.
No puedo no hacer nada.
A mi en general me cuesta parar. Detenerme. Así que lo mejor que puedo hacer si tengo un rato o estoy con mis pibis es salir a caminar por el barrio (los meto en el cochecito y salgo a caminar, je) y ellos se dejan llevar.
Vale aclarar que tengo un cochecito doble y dos pibes de 2 y 4 años, así que movilizo por el barrio como 40 kilos lo que me hace ahorrar las clases de crosfit y me deja unos brazos torneados increíbles.
Recuerdo mis vacaciones sin hijos y mi pasión por recorrer, caminar, visitar, trepar, tirarme de donde sea, esa necesidad constante de sentirme viva, de carne y hueso.
En esos momentos que estoy afuera, a la intemperie digamos… es cuanto más viva me siento, cuando me quema el sol y me arde, cuando me meto al mar y trago agua, cuando trepo árboles o me embarro.
Me encanta la naturaleza: el aire libre, conocer, caminar, andar: que me duelan los pies y músculos que ni sabía que tenía. Mi ocio es activo, siempre activo.
No puedo parar el cuerpo ni la cabeza, mis actividades son siempre muy arriba: acrobacia, danza, no me quejo, me acepto como soy y me doy los placeres que me merezco, una larga caminata… un paseo en bicicleta y siempre una libretita o las notas del celular porque aunque este en el mayor de los ocios no puedo dejar de pensar con humor, de ver situaciones graciosas o ideas para contenidos, para stand up, para videos así que, saco la cabeza de abajo del agua y anoto: TODO.
Y claro, además de ser activos mis ocios necesitan objetivos. Si salgo a andar en bici es para ir hasta un lugar en particular (soy capaz de irme con mi compañero hasta el Tigre y Volver solo para andar en bici), pero la meta es solo una excusa, y puede variar… lo que me importa es el camino, el recorrido.
Admiro la gente que puede tirarse en una hamaca paraguaya y descansar, relajar, meditar, sin más. Me duele la cintura y la ansiedad de solo imaginármelo.
Siempre que llegaba a un lugar de viaje, mi rutina era tirar las valijas y a recorrer, aunque haya tenido 16 horas de vuelo, no me importa, quiero ver todo yaaaaaaa. Siento que hoy voy a ver algo que mañana ya no va a estar… y no me quiero perder nada… (si si soy una pesssada).
Si estoy en una playa paradisiaca siempre quiero ver que hay más allá… ¿que hay después de esa palmera o de ese arroyo? ¿Para qué ir en metro a recorrer Madrid si puedo ir caminando y recorrerme toooooda la ciudad? ¿Porque no cruzarme todo el central park el mismo día que llegue a las 6 de la mañana?
Mi ocio es el mejor momento que encuentro para recordarle a mi cuerpo que es de carne y hueso, y que, por más que viva en una ciudad donde todo está más o menos solucionado, pueda volver a correr, nadar, mojarse, caerse, rasparse.
Tal vez este sentimiento se acrecentó últimamente porque muchas de mis actividades están ligadas a una pantalla, una cámara, un teléfono, una computadora. Mi arte y vocación se volvieron tan digitales que necesito en mis ratos de ocio salir a respirar oxígeno de verdad, pisar el pasto, “tragarme el viento” como dijo sabiamente un día mi hijo a los 3 años.
A veces me siento un poco niña en ese sentido, no quiero detenerme ni para comer… Tardar mucho para comer e irme a dormir son dos cosas que me angustian. Prefiero comer a las apuradas y quedarme dormida de a ratos en cualquier lugar.
Siempre flashié que dormir es morir un rato, no disfruto dormir en la noche aunque si en la mañana. La noche se hizo para bailar y la mañana para dormir.
Y la tarde claro, para salir a tragarse el viento.
Paula Farias
Comediante, improvisadora