Invitamos a Luis Ziembrowsky para que nos recomiende una obra que se encuentre actualmente en la cartelera porteña
TÓXICO
No me gusta spoillear, pero menos esta obra de teatro.
Austeridad escenográfica. En el escenario se ve un banco de madera, una mesita con unas copas y una jarra de agua, una tarima delimitada en sus bordes dentro del escenario, luz en ese espacio, penumbra alrededor, donde se vislumbra algo que no se sabe que es.
Entran a ese espacio una mujer y un hombre, se reencuentran con una emoción contenida, con pudor, con cuidado. Se percibe una historia anterior entre ellos. Esperan algo que no llega. Un tercero que no llega o que ya no está. La incomodidad inicial da paso a una serie de equívocos.
El pasado es pesado entre ellos, la muerte está presente, la neurosis del desencuentro se va a ir transformando, con dolor (y con vino), en que el paso del tiempo nos pueda hacer más comprensibles sobre el otrx. La separación es tan fosforescente como el encuentro en el amor…
Los personajes se parecen a todxs los que estamos sentadxs, espectándolos.
Almas que mejoran mi existencia, me envuelven en el misterio de los tiempos, me movilizan los interrogantes hasta que la verdad emocional me lleva de viaje cuando el tiempo se despliega.
En la obra son dos personajes, una ex pareja que intenta la sutura imposible de sus heridas y que la pareja actuante hace “aparecer” el ensamble.
Voy al teatro a ver actores, ese es mi primer deseo.
Tóxico tiene una promesa: hay un par de actorazos que la cumple.
Por Luis Ziembrowsky
Toxico
Sabados 22:40
Teatro El extranjero - Valentin Gomez 3378