Letra, letra, se entusiasma Misky. Le gusta leer todo lo que encuentra y la casa de Don Esteban está repleta de libros. Una tarde descubre un manuscrito del patrón, un cuento que no tenía que leer, un relato que se llama El Matadero. Misky lee pero no siempre entiende: en su recuerdo las cosas no fueron como dice el texto. Letra, letra, repite y suelta el abecedario. La memoria está, las palabras también.
Claudio Martinez Bel, dramaturgo y actor (actualmente en “Terrenal”) dirige a Pablo Finamore en este unipersonal que revisita “El Matadero” de Esteban Echeverría, una de las piezas más importantes de la literatura argentina del siglo XIX.
La propuesta, que cuenta con la supervisión dramatúrgica de Mauricio Kartun, es un ejercicio fascinante que interpela al texto original pero sin confrontarlo de manera directa. Elige una mirada oblicua, lateral. El punto de vista se posa en el hijo de la criada del escritor Esteban Echeverría. Construye un personaje arquetipo del “opa” o loco del pueblo. A través de la inocencia y el desconcierto de Misky, que no entiende, que cuestiona el cuento que descubrió sin tomar partido, se genera el juego de la reflexión propia.
Con más de 30 años de experiencia sobre el escenario, Finamore hace un trabajo destacado, encuentra el tono para su personaje e imprime el ritmo de la obra que tiene fuerte carga poética.
El protagonista nos sumerge en los acontecimientos de ese día en que había fiesta por la vuelta de las vacas al matadero, ese día en el que “pasó una cosa fea”. El juego con el bofe, el toro, el matasiete, el unitario. Misky recuerda todo. Es más lindo en su memoria que en el cuento que leyó. Le piden que olvide y no puede: para eso, tendría que olvidar las letras.
Dramaturgia: Pablo Finamore y Claudio Martínez Bel Dirección: Claudio Martínez Bel Interpretación: Pablo Finamore Teatro del Pueblo, Lavalle 3636; viernes a las 20,30; desde $1000