Las cintas corren, las palabras y las acciones se repiten, los ojos en llamas a veces se oscurecen de tristeza. Un pueblo de la llanura pampeana. En un teatro bajo amenaza de demolición, dos hermanos ensayan, prueban, abrazan el legado de su madre actriz. Todo debe seguir. Esa noche hay función.  

Damián Smajo y Gonzalo Carmona dirigen y actúan esta obra pequeña y repleta de hallazgos. Son Mateo y Antonio. Deambulan entre recuerdos, gestos desesperados, melodrama y confusión. En las paredes, los afiches de los espectáculos eróticos de “Mamina”. La estela espectral de la madre muerta se enreda en discusiones, anécdotas, en las escenas que se intenta animar.  

El trabajo de los actores tiene una presencia hipnótica. Manejan una intensidad de a ratos susurrada que recuerda maravillosos trabajos como Viejo, Solo y Puto, donde actuaba precisamente Smajo. Encarnan una dupla despareja en la que los cuerpos están atravesados por juegos de poder.  

No mezclemos vida y obra, dicen. Pero no es posible evitarlo, la representación se desborda. La propuesta, que sorprende con detalles y giros, logra construir un mundo de gran particularidad. Un microuniverso que parpadea con las últimas energías, que se desinfla y se levanta con el aire invisible. Como la ilusión.  

Viernes 20:00hs en Espacio Polonia

Dramaturgia: Damian Smajo

Direccion: Gonzalo Carmona, Damian Smajo

Actuan: Gonzalo Carmona, Damian Smajo