Un punto en la ruta por donde pocos pasan. En una estación de servicio semi aislada y casi en desuso en plena geografía del litoral, entre mates, bichos y guitarreadas, tres hombres se entregan al lento discurrir de sus días. Las bromas acompañan. También el sueño difuso de que todo cambie con un plan para que el negocio prospere, un golpe de suerte o un auto que los lleve lejos. 

Pablo Viollaz, dramaturgo y director, entrelaza con precisión los ejes de esta historia de camaradería masculina, contemplación y rebusques para salir adelante. Los tres actores están a la altura de las virtudes del texto. Cantan, se ilusionan, hacen maldades y lloran en ese contexto de escuálidas posibilidades, herencias y desgracias, donde a veces sólo queda sentarse a ver pasar el zorro al mediodía.  

El azar tiene una presencia importante en la obra. Aparece cuando los protagonistas se entusiasman con ganar la lotería para pagar deudas, o cuando tiran la moneda a cara o seca para cambiar la yerba del mate. Coquetean con la fortuna como si ella sostuviese las cuerdas de sus destinos estancados.  

“El infierno es que te encuentres con la persona que podías haber sido”, dice uno de los personajes y las palabras resuenan. Hay anhelos que se frenan en callejones sin salida pero también quienes están dispuestos a poner primera para arrancar al fin. 

Dramaturgia y Dirección: Pablo Viollaz Intérpretes: Fabio Herrera, Lucas Ranzani, Mario Riccio El Tinglado, Mario Bravo 948; viernes a las 21:30; desde $3000.