Las cortinas antiguas de la casa de la abuela, frágiles como el tiempo, circunscriben el escenario y la mente de Celia que está cada vez más desmemoriada. Ella ve el mundo a través de las novelas de la tarde. Su vida es eso y algunas pocas salidas al médico. Sin embargo, en esa simpleza, la obra con humor roza nuestra órbita: La vejez como proyecto, como zona en la que secretamente todos nos pensamos. 

Hay un diagnóstico irrevocable, pero eso no le impide a Celia soñar. El mundo la toca pero ella construye el suyo. Sigue adelante, las ficciones de las novelas turcas y mejicanas dialogan en su mente al punto de reemplazar su verdadera historia. Cada tanto algo externo la interrumpe, una vecina, la charla con el médico, pero ella siempre logra sostener la fantasía que se ha creado, esa que la ayuda a transitar sus días.

Luciano Medina encarna a Celia y no perdemos nunca de vista a la abuelita que nos provoca ternura e impaciencia. Nos remite a otros personajes de actores haciendo roles de señoras mayores y ahí ya tenemos un terreno ganado para la risa, nos predispone para la comedia. 

Momentáneamente Celia es la última obra de Martín Bontempo. Luego del éxito sostenido de Suavecita, el dramaturgo y director, logra volver a depositarse en el área de la fantasía y lo vital. Si bien Celia y Suavecita son muy distintas, ellas, en su juventud y su vejez, nos conectan con lo libidinal, con el presente caliente de la existencia, con aquello que nos aferra a la vida. Dejándonos una emoción positiva al salir del teatro. Una filosofía sobre el existir, por la tarde, en la primavera porteña.

Por Lilian Spoveri

Domingo 19:00hs

Teatro La Gloria

Dramaturgia y dirección: Martin Bontempo

Actúan: Lara Herrador, Luciano Medina, Matías Ocantos, Ana Clara Ochoa