La Trocha
Sección Teatro - Revista Llegás
Teatro - Notas

La Trocha

Barriendo las fronteras

27 de junio de 2024

Este viernes a las 21 hs. se estrena La Trocha, un viaje basado en hechos reales que explora la supervivencia, la dignidad y la vida en medio de las adversidades, buscando trascender los límites entre fronteras. La obra surge de un material elaborado en las clases del Programa El Intérprete Performer que dicta Melina Seldes, quien acompaña en el proceso creativo a Johana Sánchez Armas, intérprete ecuatoriana, entonces, una propuesta que amplía y renueva las posibilidades de generación de lenguaje.

Una obra que dialoga con la identidad, lo oculto, los límites de los silencios, trazando una línea sobre lo emocional y lo corporal. Una investigación sobre la vida de Los Trocheros, dando luz a su historia.

Habrá solo dos funciones en Planta Inclán, este Viernes 21 hs. y el Domingo a las 19. Sobre esta producción internacional entre Argentina, Ecuador y Colombia, dialogamos con Melina Seldes y Johana Sánchez Armas, creadoras de esta transformadora experiencia escénica:

Teniendo en cuenta que lo fundacional del proyecto se gesta en el Programa El intérprete Performer ¿Cómo es el proceso creativo desde un comienzo? 

Johana Sánchez Armas: Quería hablar de la frontera, soy de Ecuador, pero quería hablar de Colombia también. Por un conflicto político que habían tenido Correa y Uribe. Correa le reclamaba porque se había pasado el límite de contaminación o un exceso de químicos en Ecuador. Entonces, ahí decidí que hablar de la frontera: tenía que ser de ese tema, ya que soy oriunda de una ciudad fronteriza con Colombia.  Me cuestionaba cuán violenta había sido la decisión de Uribe. Y en ese contexto me sentí representada por Correa y su posición política de defender la soberanía de Ecuador.

Melina Seldes: Johana había trabajado en el Programa con algo de lo identitario, en la presentación del intérprete, de algo genuino de su propia historia. En ese momento, a mí me cautivó mucho que ella tocara el tema de la frontera. En ese momento, la relación estaba más en el lugar de docente y alumna, mi rol era darle las herramientas para que haga el proceso propio. En el 2018, rehago el programa, lo reescribí y Johana fue en esa camada una especie de “conejillo de indias!”, entonces ahí, establecimos un vínculo más a flor de piel, más desnudas, más cercano, donde desaparece el vínculo maestra/practicante, para trabajar en un mismo nivel. En 2021, me contacta y no me dijo “quiero retomar el proceso creativo”, sino lo que apareció es que me dijo “me encuentro ante esta cantidad de incógnitas” por un hecho personal traumático y espantoso. Entonces, ahí me sentí interpelada, convocada, para empezar a trabajar.

Johana Sánchez Armas: Tuve que atravesar un proceso traumático de escritura, porque siempre fue un bloqueo. Pasar esa frontera. La propuesta de Melina fue bajarlo a un Drive y eso fue un reto emocional. Entonces empecé a sacar luz algunas cosas que tenía guardadas en el cofrecito de las emociones. Paralelo a eso, empezó a aparecer el tema de la frontera porque estaba viviendo muy cerca de ahí. Y como estábamos en pandemia, empezaron a habilitarse los pasos informales que daban trabajo a las familias pasando productos de Colombia a Ecuador, más que de Ecuador a Colombia. Los pasos informales eran 130. Ahí fue que decidí hacer el cruce, sabiendo que era ponerme en riesgo de enfrentarme a una situación de vida o muerte: con un desconocido, solo le ves los ojos porque tienen un pasamontaña, en moto, cruzando abismos, lugares realmente peligrosos. Hay un ecosistema de códigos y la intuición se activa. Ahí me enfrente a todos los miedos que me atravesaban. Pase el umbral emocional abriendo mi árbol genealógico. Y preguntarme ¿Qué pasa en mi familia? Más allá de lo social, necesitaba indagar en mi familia. De lo general, empezar a abrir lo particular.

Melina Seldes: Al empezar a entrevistar a la familia, se armó un papiro de des/silenciamientos. Nos enteramos del abuelo y la abuela eran Trocherxs y el abuelo murió ahí en la Trocha.  O sea, con nuestro proceso se empezó a decir, fue algo imparable. En lo oculto, en lo que no se dice, en esa informalidad de los pasos fronterizos nos paramos para empezar a construir la obra. En la familia había un acuerdo con no decir, con ocultar muchos temas familiares. Entonces, al indagar con la familia fue algo imparable. Y algunas cosas que aún siguen apareciendo en la memoria de Johana. Hablando más artísticamente empezamos a preguntarnos qué es la Trocha, investigamos sobre el movimiento, etc. Pero, nos dijimos, “para poder entender esto: tenemos que estar juntas en la Trocha”. Entonces emprendimos el viaje juntas a la frontera, en territorios muy hostiles pero maravillosos. Conocimos a Trocheros, pero no a esos neo/trocheros en moto. Sino que empezamos a indagar, el papá de Johana se encontró convocado y movilizado porque lo interpelamos sobre la muerte de su padre. Y nos encontramos con otros testimonios de gente que había conocido a su abuelo y que habían presenciado el accidente. Ahí empieza el momento más revelador, que es conocer quienes son los Trocheros.

¿Cuáles son las líneas que se unen desde lo artístico a lo personal/biodramático?

Johana Sánchez Armas: Con todo el proceso, siento un chispazo interno. Me costó mucho esta idea tan fuerte y profunda pueda ser representada. Hace poco me di cuenta que podía representarlo, dije “Estoy lista” para jugar con esta idea. Los silencios terminan ahogando los procesos. En el fondo cada uno tiene una herida y podemos abrazarla, amoldarla como una arcilla, no fue fácil, necesité sacar cosas que estaban muy pegadas al cuerpo. Me costaba ponerme un pantalón de hombre, representar a un hombre, con todas las trabas emocionales de la afectación al cuerpo y todo lo que recibí de mi familia. Son como cajitas que voy abriendo, hasta incluso me pasa que hay cosas que ahora puedo nombrar, antes lo nombraba y me partía, me resultaba imposible poder representarlas porque me dolía. Hasta que en un momento encontré en el cuerpo la decisión, empecé a nombrar y acá estamos estrenando la obra.

Melina Seldes: No es un biodrama. Porque la obra no es la historia del trauma de Johana, sino ese es el punto de partida para entrar en una representación que habla de algo colectivo, de una condición humana. Creo que en ese mundo de hoy, tiene sentido, o sea, no era contar lo que le había sucedido a ese cuerpo, sino que es lo que habilitó haberla transitado, haberla podido atravesar, haberla podido hablar, para dejar atrás y moldear. La obra viene después, no es el recorrido de la herida. No hacerle propaganda al horror. No trabajo a partir del sufrimiento, la herida no es el lugar desde donde pararse a trabajar, la materialidad del cuerpo es mucho más que eso, más que cuando está habilitada o en jaque. Es una cuestión ética, a mí no me interesa artísticamente el dolor, trabajamos buscando que hay más allá. Eso nos habilitó el corazón de la obra: el modo de ser del Trochero, el amor por el andar, Johana es una caminante, que se anima a caminar y atravesar ese páramo para poder representar la obra.

La Trocha

Viernes 28 - 21 hs.
Domingo 30 - 19 hs.
Planta Inclan - Inclan 2661
Dramaturgia: Melina Seldes
Intérpretes: Johana Sánchez Armas
Creación: Johana Sánchez Armas, Melina Seldes 
Dirección: Melina Seldes

Ricardo Tamburrano Autor
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