Tantas familias como existencias. Tantas dinámicas como posibilidades matemáticas. Las relaciones intrafamiliares y su sinfín de matices aparecen y desaparecen de la escena como el efímero vuelo de los mosquitos durante un atardecer de verano en una casa de los alrededores de Buenos Aires. Flashes de situaciones cotidianas, del tedio diario y su inacabable acontecer surgen después de cada apagón en esta puesta naturalista que se centra en los vínculos de amor y sus límites.
Demandas, reproches, deseos, ilusiones y fantasmas recorren las horas y los días de esta familia ensamblada que convive por elección y accidente a la vez. Como en toda convivencia, las necesidades y anhelos de unos se superponen con los límites y posibilidades de otros. En ese conflicto eterno y etéreo –que se respira en malos humores y frustraciones volcadas en quien está al lado– radica el drama de la existencia diaria. Ese trajín hace que por momentos duela la violencia y crueldad con la que se tratan los personajes a pesar del cariño que –se nota– tienen los unos por los otros. Cuando la pandemia y la cuarentena llegan, la dinámica se vuelve aún más dramática y opresiva, aunque si de finales se trata, nada mejor que la celebración para coronar tantos dolores.
¿Para destacar? La interpretación de Marcos Mitnik quien encarna a Pablo, el hijo ya casi no adolescente con alguna condición psiquiátrica inquieta y algo paranoica, pero no por eso menos entrañable y con mucha coherencia a lo largo de toda la puesta. Además, aplausos para la valentía de Fabiana Uría, a cargo de la dramaturgia y el papel de Patricia, quien basó la obra en su historia personal y se anima a declararlo ante los presentes durante un conmovedor monólogo.
Foto: Horacio Devitt
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LOS MOSQUITOS
Actúan: Lucía Azul Abella, Aldo Alessandrini, German Canosa, Hector Gilligan, Marcos Mitnik y Fabiana Uría
Dramaturgia: Fabiana Uría
Dirección: Marcelo Rembado
TEATRO EL GRITO
Costa Rica 5459
Sábados 19 h